Una lesión nerviosa a nivel del miembro superior puede alterar el funcionamiento del brazo, antebrazo y la mano, disminuyendo la capacidad de realizar su función.
Entre los nervios periféricos más afectados de los miembros superiores se encuentra el nervio radial del cual hablaremos en este artículo.
Anatomía del nervio radial
Para entender mejor la lesión del nervio radial es necesario conocer el recorrido y las funciones de este nervio.
El nervio radial corre por el lado externo del antebrazo y es responsable de la sensibilidad de la cara posterior y lateral de brazo, antebrazo, dorso de la mano y de los cuatro primeros dedos.
Su función motora está determinada por la extensión y supinación del antebrazo, mano y dedos, es decir, de llevarlos hacia arriba y afuera.
Lesiones de los nervios periféricos
Los nervios periféricos se pueden dañar por enfermedades metabólicas o del colágeno, neoplasias, lesiones químicas o térmicas y por traumatismos.
Estas lesiones nerviosas se pueden clasificar según la gravedad como neuropraxia, axonotmesis y neurotmesis.
Neuropraxia
En donde existe una interrupción temporal de la conducción del nervio, pero la continuidad del axón no ha sido afectada. Existe una recuperación completa después de días o semanas.
Axonotmesis
En este caso ocurre una pérdida relativa de la continuidad del axón, es decir, existe una pequeña rotura del nervio, pero con preservación de su envoltura.
La recuperación se puede presentar de forma espontánea, sin necesidad de intervención quirúrgica, con una buena recuperación de la actividad funcional del nervio.
Neurotmesis
En la neurotmesis ocurre una rotura completa del nervio con lesión parcial o completa de su envoltura. Estos casos requieren de cirugía, ya que no se pueden recuperar de manera espontánea.
Lesión o parálisis del nervio radial
La causa más frecuente de parálisis del nervio radial es la fractura del húmero secundaria a traumatismos de alto impacto, como caídas, accidentes de tránsito o lesiones deportivas. En estos casos se puede seccionar el nervio produciendo una lesión grave.
Otras veces el nervio radial puede paralizarse por compresión, como con el uso de muletas, conocida como parálisis de las muletas, o por quedarse dormido sobre una silla o sillón por efectos del alcohol o drogas, conocida como parálisis del sábado por la noche.
Estas compresiones del nervio rara vez dejan secuelas y se resuelven espontáneamente. En ambos casos el nervio se comprime en la axila contra el hueso, desencadenando los síntomas de la parálisis temporal del nervio radial.
Síntomas de la sección o parálisis del nervio radial
Los síntomas van a depender de la gravedad y el nivel donde se presenta la lesión del nervio radial, pero en general se encontrarán los siguientes síntomas:
- Mano flácida y caída, conocida como mano péndula, donde existe la imposibilidad de extender la muñeca y los dedos.
- Disminución de la fuerza de agarre de la mano.
- Incapacidad para extender y llevar el pulgar hacia la mano, con dificultad para coger objetos.
- Disminución de la sensibilidad dorsal de la mano, especialmente en la zona entre el dedo índice y el pulgar
- Dolor y hormigueo en la cara posterior del brazo y el dorso de la mano, que puede irradiarse hasta hacia el hombro y el cuello, tiende a empeorar con la actividad física.
Tratamiento para la parálisis del nervio radial
Las lesiones de los nervios periféricos del miembro superior son difíciles de tratar y un manejo inadecuado de estas lesiones puede traer serias consecuencias. En principio el tratamiento dependerá del tipo de lesión nerviosa y la ubicación de la lesión.
Los casos leves por compresión generalmente se resuelven en pocas horas o días, produciendo síntomas temporales que desaparecen después de un tiempo.
Una lesión leve en el nervio radial puede resolverse solo con terapia, la cual incluye la inmovilización con ortesis dinámicas, combinada con una variedad de ejercicios que evitan las deformidades permanentes de las articulaciones.
Una axonotmesis impone una conducta expectante de entre cuatro y seis meses de tratamiento ortopédico; si no se obtiene los resultados satisfactorios, es posible que requiera cirugía antes de que se fibrosen los músculos, es decir, antes de los 18 meses.
Durante este periodo es importante mantener la mano y la muñeca en una posición funcional por medio de una férula estática durante toda la recuperación. Estarían indicadas las férulas dinámicas que imponen la flexión del pulgar principalmente.
En Orliman ponemos a tu disposición las siguientes férulas para tratar las lesiones de nervios periféricos como la lesión del nervio radial, tanto leves como moderadas:
Los casos más graves o que no mejoran con la terapia, deben ser evaluados cuidadosamente por el médico y pueden requerir el uso de la cirugía para devolver la funcionalidad del nervio, esta será siempre la última opción.
Tratamiento posoperatorio
Después de la cirugía con transferencia de tendones se inmoviliza el brazo, codo y palma de la mano hasta las interfalángicas proximales. Para esto puede usarse la ortesis de codo con férula palmar-pulgar y control flexo-extensión del codo que reduce la tensión sobre las transferencias tendinosas, colocando el codo, el antebrazo, la muñeca y los dedos en posición adecuada para que esto ocurra.
En general, la recuperación de la actividad se completa a los seis meses de la intervención quirúrgica.