La fractura diafisaria de húmero representa entre el 3 y el 5% de las fracturas en general del adulto, por lo que resulta fundamental conocer y repasar el tratamiento y los cuidados ante las fracturas diafisarias del húmero.
Índice
- 1 Fisiopatología de la fractura diafisaria del húmero
- 2 Tratamiento conservador de la fractura diafisaria de húmero
- 3 Ortesis para fractura diafisaria de húmero
- 4 Factores que pueden afectar la recuperación
- 5 Neuropraxia del nervio radial por fractura de húmero
- 6 Cuidados de la fractura de húmero con compromiso radial
- 7 Indicaciones quirúrgicas de la fractura diafisaria de húmero
Fisiopatología de la fractura diafisaria del húmero
El húmero es uno de los cuatro huesos largos del cuerpo humano y está rodeado de tejidos blandos muy vascularizados. En la parte proximal, se une al omóplato para formar la articulación del hombro, mientras que por la parte distal, es uno de los huesos que conforman la articulación del codo.
Esto hay que tenerlo en cuenta a la hora de realizar la inmovilización del húmero, posterior a una fractura, ya que ambas articulaciones pueden perder parte de su movilidad y función durante la inmovilización.
La fractura de la diáfisis humeral ocurre distal al cuello quirúrgico del húmero y proximal a la región supracondílea. 5% de estas fracturas son abiertas, 63% presenta un trazo de fractura simple y el 90% de los pacientes se puede tratar de forma conservadora, el 10% restante necesita ser tratado de forma quirúrgica.
Tratamiento conservador de la fractura diafisaria de húmero
La rica vascularización del húmero y el soporte que le brindan los músculos y la aponeurosis, facilitan el proceso de consolidación, gracias a que ayudan a fijar y mantener los fragmentos de la fractura. Esto facilita la reducción de la fractura de húmero y permite tratar la mayoría de estas de forma conservadora.
El objetivo del tratamiento es conseguir una consolidación del húmero con una alineación aceptable y restablecer la función previa a la lesión. Esto se consigue gracias a la inmovilización del húmero y una correcta rehabilitación.
La inmovilización se mantiene de unas 6 a 8 semanas, para este periodo se comprueba la firmeza del foco de fractura, la ausencia del dolor y la posibilidad de movilizar las articulaciones.
Si se logra una correcta reducción de la fractura, la consolidación es rápida y al cabo de 8 a 10 semanas, el foco de fractura es bastante firme clínicamente.
Ortesis para fractura diafisaria de húmero
El uso de la ortesis braquial es el método, no quirúrgico, más utilizado en la actualidad. Permite la contracción de los grupos musculares y estimula la consolidación del hueso. Además, mantiene la movilidad de las articulaciones adyacentes a la fractura, para permitir una rápida recuperación funcional.
La ortesis de codo y control flexo-extensión logra la inmovilización y ajuste del miembro superior, incluso cuando se necesita controlar o bloquear los grados de flexión y extensión.
Está formada por una valva de brazo y otra de antebrazo, unidas entre sí mediante articulación monocéntrica, con posibilidad de regular la flexoextensión de 0º a 90º en intervalos de 15º en 15º.
Permite adaptarse a la longitud del miembro superior tratado y una transpiración mejorada. Tienen una capa interna de suave toalla hipoalergénica y un alma de termoplástico que proporciona soporte y rigidez.
Factores que pueden afectar la recuperación
El pronóstico de una fractura diafisaria de húmero, va a depender de ciertas variables como:
- La edad del paciente. Después de los 45 años la recuperación es más lenta y más difícil de rehabilitar.
- El tipo de traumatismo que ocasionó la fractura.
- Condición física del paciente.
- La obesidad.
- El grado de cooperación y comprensión del paciente.
- El adecuado proceso de rehabilitación.
- Retraso en el diagnóstico.
- Lesión de otras estructuras.
Neuropraxia del nervio radial por fractura de húmero
Una complicación, qué ocurre con frecuencia en las fracturas diafisarias de húmero, es el compromiso del nervio radial, especialmente en las fracturas del tercio distal de la diáfisis humeral.
En estos casos la reducción manual del desplazamiento, no es capaz de liberar el compromiso del nervio radial, incluso los intentos de reducción pueden agravar el daño que ya está hecho.
Cuando la lesión del nervio se produce por armas de fuego o fracturas abiertas graves, generalmente es indicación de exploración y reparación quirúrgica. En las demás situaciones la neuropraxia suele ser leve y de recuperación espontánea.
Cuidados de la fractura de húmero con compromiso radial
Es necesario cuidar la función muscular comprometida y la posición de la mano y los dedos durante el proceso de recuperación, ya que se pierde la fuerza de la mano, el movimiento de supinación del brazo y la extensión de los dedos en las articulaciones metacarpofalángicas y del pulgar.
Para un adecuado soporte se puede utilizar la ortesis de codo con férula palmar y control flexo-extensión del codo. En caso de compromiso radial, con parálisis del pulgar, se recomienda el uso de la ortesis de codo con férula palmar-pulgar y control flexo-extensión del codo.
El 85% de los casos de lesión neurológica, se recupera de forma espontánea en un lapso de 4 a 12 semanas, por lo que la exploración quirúrgica precoz, no está indicada en estos casos, exceptuando las circunstancias ya mencionadas.
En caso de que el paciente no recupere la función nerviosa, posterior a este lapso de tiempo, se debe plantear la conveniencia de la exploración quirúrgica y neurológica del tronco nervioso.
Indicaciones quirúrgicas de la fractura diafisaria de húmero
Solo el 10% de las fracturas diafisarias del húmero, ameritan la resolución quirúrgica. Estas son las principales indicaciones quirúrgicas de la fractura diafisaria de húmero:
- Importantes desviaciones de los fragmentos, que hacen irreductible la fractura.
- Signos clínicos y radiológicos evidentes, que revelen un acentuado retardo o ausencia de consolidación transcurridos 2 a 3 meses de un tratamiento correctamente realizado.
- Compromiso del nervio radial que, después de 2 a 3 meses de evolución, aún no manifiesta signos de recuperación.
- Pacientes politraumatizados que dificultan el tratamiento ortopédico de las fracturas de húmero.
- Fracturas del húmero en enfermos agitados, excitados, con patología psíquica, alcohólica, etc, por la dificultad para mantener la inmovilización o realizar una correcta reducción.
- Fracturas en hueso patológico (metástasis, mieloma, quistes, etc.)