13 mitos del Síndrome del túnel carpiano

El síndrome del túnel carpiano es una enfermedad que afecta a muchas personas en todo el mundo. A medida que esta condición se ha vuelto más común, también han surgido muchos mitos y conceptos erróneos en torno a ella.  

En este artículo, desmitificaremos algunos de los mitos más frecuentes asociados con el síndrome del túnel carpiano. ¡Continúa leyendo para descubrir la verdad detrás de los mitos del síndrome del túnel carpiano!  

¿Qué es el síndrome del túnel carpiano? 

Antes de adentrarnos con los mitos de esta enfermedad, es necesario conocer de qué se trata. El síndrome del túnel carpiano ocurre cuando el nervio mediano, que se extiende desde el antebrazo hasta la palma de la mano, se comprime o se presiona en la muñeca.  

El túnel carpiano es un pasaje estrecho formado por huesos y ligamentos en la base de la mano, donde el nervio mediano y los tendones que flexionan los dedos pasan a través de él.  

La compresión del nervio origina los síntomas del síndrome del túnel carpiano que suelen comenzar gradualmente e incluyen entumecimiento, hormigueo, debilidad y, a veces, dolor en la mano y la muñeca.

Mitos y realidades del Síndrome del túnel carpiano  

Estos son algunos de los mitos más populares que existen acerca del síndrome del túnel carpiano: 

Mito 1: Cualquier dolor en la mano es síndrome del túnel del carpo 

No, existen otras enfermedades de la mano y la muñeca que causan dolor en la mano, como la neuropatía periférica, el síndrome de Sjögren, la artritis reumatoide, la enfermedad de Raynaud y la diabetes. 

Es importante consultar a un médico para obtener un diagnóstico preciso si experimentas dolor en la mano. 

Mito 2: La cirugía es el único tratamiento efectivo para el síndrome del túnel carpiano 

No. Si bien la cirugía puede ser una opción en casos graves o cuando otros tratamientos no han sido efectivos, existen otras opciones de tratamiento disponibles. Algunas de estas opciones incluyen: 

Muñequeras 

El uso de férulas de muñeca puede ayudar a aliviar los síntomas al mantener la muñeca en una posición neutral y reducir la presión sobre el nervio mediano.  

En Orliman te ofrecemos diferentes tipos de muñequeras para el síndrome del túnel carpiano, cada una con características específicas para diferentes necesidades: 

Medicamentos 

Los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) pueden ayudar a reducir la inflamación y aliviar el dolor asociado con el síndrome del túnel carpiano. 

Terapia física 

La terapia física puede incluir ejercicios de fortalecimiento y estiramiento, así como técnicas de terapia manual para mejorar la movilidad y reducir el dolor. 

Inyecciones de corticosteroides 

Los corticosteroides son medicamentos que reducen la inflamación y la hinchazón en la muñeca, aliviando así la presión sobre el nervio mediano. Los efectos pueden variar de una persona a otra, y en algunos casos, puede ser necesario repetir las inyecciones para mantener el alivio de los síntomas. 

Modificaciones en el estilo de vida 

Realizar cambios en las actividades diarias que puedan estar contribuyendo al síndrome del túnel carpiano, como evitar movimientos repetitivos o ajustar la ergonomía en el lugar de trabajo.

Mito 3: El síndrome del túnel carpiano solo afecta a personas mayores 

Aunque es más común en adultos, puede afectar a personas de todas las edades, incluidos jóvenes y adolescentes.  

Es verdad que el envejecimiento puede aumentar el riesgo de desarrollar esta afección debido al desgaste y la degeneración de los tejidos, sin embargo, hay otros factores que pueden contribuir al síndrome del túnel carpiano, como: 

  • Lesiones 
  • Movimientos repetitivos de la mano y la muñeca 
  • Condiciones médicas subyacentes como la artritis reumatoide y el lupus  
  • Factores genéticos. 

Mito 4: El síndrome del túnel carpiano solo ocurre en personas que trabajan en computadoras

Si bien el uso prolongado de computadoras y movimientos repetitivos de la mano y la muñeca pueden aumentar el riesgo de desarrollar esta afección, no es la única causa.  

El síndrome del túnel carpiano puede ser causado por diversas razones, como movimientos repetitivos en otras ocupaciones, traumatismos locales, ocupaciones que requieren maniobras manuales repetitivas, así como factores genéticos y hereditarios. 

Mito 5: Usar una férula en la muñeca durante la noche curará el síndrome del túnel carpiano

La férula puede ayudar a mantener la muñeca en una posición neutral y reducir la presión sobre el nervio mediano durante el sueño, lo que alivia los síntomas y mejora el descanso. No obstante, no es un tratamiento curativo por sí solo.  

El síndrome del túnel carpiano es una condición médica que requiere un enfoque integral de tratamiento. Usar una muñequera durante la noche puede ser recomendado como parte de un plan de tratamiento que incluya otras medidas, como terapia física, medicamentos y, en algunos casos, cirugía.  

Es crucial tener en cuenta que cada caso de síndrome del túnel carpiano es único, y el tratamiento adecuado puede variar según la gravedad de los síntomas y las necesidades individuales. 

Mito 6: El síndrome del túnel carpiano desaparece por sí solo sin necesidad de tratamiento 

No. El síndrome del túnel carpiano es una condición médica que requiere atención y tratamiento adecuados. Si no se trata, los síntomas pueden empeorar con el tiempo y afectar la calidad de vida de una persona. 

Mito 7: Solo las mujeres pueden desarrollar el síndrome del túnel carpiano 

No. Aunque sí es cierto que el síndrome del túnel carpiano es más común en mujeres, especialmente en aquellas de entre 40 y 60 años, también puede afectar a hombres 

Mito 8: El síndrome del túnel carpiano es causado por el uso excesivo de la mano dominante  

El uso repetitivo y excesivo de la mano dominante puede aumentar el riesgo de desarrollar esta afección, pero, por lo general, se debe a una combinación de factores inherentes a cada persona. 

Es importante tener en cuenta que el síndrome del túnel carpiano puede afectar tanto a la mano dominante como a la no dominante.  

Mito 9: El síndrome del túnel carpiano es solo una molestia menor y no requiere atención médica  

El síndrome del túnel carpiano es una afección médica que puede causar síntomas incómodos y afectar la calidad de vida de una persona. Si no se trata adecuadamente, los síntomas pueden empeorar con el tiempo. 

Es importante buscar atención médica si se experimentan síntomas relacionados con el síndrome del túnel carpiano. Un médico puede realizar un diagnóstico preciso y recomendar un plan de tratamiento adecuado.  

No ignorar los síntomas del síndrome del túnel carpiano y buscar atención médica puede ayudar a prevenir complicaciones a largo plazo y mejorar la calidad de vida. 

Mito 10: La cirugía del túnel carpiano siempre es exitosa y no tiene riesgos  

Si bien la cirugía puede ser un tratamiento eficaz y duradero para el síndrome del túnel carpiano en muchos casos, no garantiza resultados perfectos en todos los pacientes y puede haber riesgos asociados. 

La cirugía del túnel carpiano es considerada el tratamiento más eficaz y duradero según estudios científicos. Sin embargo, la decisión de someterse a la cirugía debe basarse en una evaluación individualizada de cada caso, considerando la intensidad y gravedad de los síntomas, así como el grado de lesión del nervio mediano que se muestra en los resultados de los estudios electromiográficos. 

Es importante tener en cuenta que, al igual que cualquier procedimiento quirúrgico, la cirugía del túnel carpiano conlleva ciertos riesgos. Estos pueden incluir infección, sangrado, daño a estructuras cercanas, dolor persistente, cicatrización anormal y reacciones adversas a la anestesia. 

Mito 11: El síndrome del túnel carpiano no puede volver a ocurrir después de la cirugía 

Aunque la cirugía puede ser efectiva para aliviar los síntomas del síndrome del túnel carpiano en muchos casos, no garantiza que la afección no vuelva a presentarse en el futuro. 

Después de la cirugía, es fundamental seguir las recomendaciones del médico y realizar los cuidados postoperatorios adecuados para minimizar el riesgo de recurrencia. Sin embargo, existen factores individuales que pueden influir en la posibilidad de que el síndrome del túnel carpiano reaparezca, como la presencia de factores de riesgo subyacentes, el tipo de trabajo o actividades que se realicen y la respuesta del cuerpo a la cirugía. 

Es fundamental tener en cuenta que cada caso es único y que la cirugía del túnel carpiano no garantiza una cura permanente en todos los casos. Si se experimentan síntomas recurrentes después de la cirugía, es importante consultar a un médico para una evaluación y un plan de tratamiento adecuados. 

Mito 12: El tratamiento no quirúrgico no es efectivo para el síndrome del túnel carpiano

Existen distintas opciones no quirúrgicas que pueden ser efectivas para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de las personas con esta afección. 

El tratamiento conservador del síndrome del túnel carpiano incluye el uso de muñequeras, cambios en las actividades diarias, como evitar movimientos repetitivos de la mano y la muñeca, tomar descansos frecuentes y realizar ejercicios de estiramiento. 

Otros enfoques no quirúrgicos pueden ser la terapia física, la aplicación de calor o frío en la muñeca, la medicación para aliviar el dolor y la inflamación, y la acupuntura.  

Es importante tener en cuenta que la elección del  tratamiento para el síndrome del túnel carpiano dependerá de la intensidad y gravedad de los síntomas, así como de la evaluación individualizada de cada caso. 

Mito 13: Se puede diagnosticar mediante radiografía  

El diagnóstico definitivo y grado de afectación del nervio mediano (leve, moderado o grave) se realiza mediante electromiograma. Las radiografías pueden ser útiles para detectar ciertas condiciones relacionadas con los huesos, como fracturas, tumores óseos y calcificaciones que puedan condicionar la aparición del síndrome. 

La ecografía del túnel carpiano también ha emergido como una prueba diagnóstica de la enfermedad.  

 

Dolencias de espalda y sus procesos degenerativos

La espalda es una parte fundamental de nuestro cuerpo y desafortunadamente, muchas personas experimentan dolencias de espalda y procesos degenerativos que afectan esta área.  

Estas dolencias pueden tener un impacto significativo en la calidad de vida y limitar la capacidad de realizar actividades diarias. En este artículo, revisaremos las diferentes dolencias de espalda y sus procesos degenerativos.  

Causas y factores que desencadenan las dolencias de espalda 

Las dolencias de espalda pueden manifestarse de diferentes formas, como dolor lumbar, hernias de disco, escoliosis, estenosis espinal y osteoartritis. Estas condiciones pueden ser causadas por diversos factores 

Edad 

A medida que envejecemos, los discos espinales pueden desgastarse y perder su capacidad de amortiguación, lo que puede provocar dolor y limitaciones en los movimientos. La osteoartritis también puede afectar las articulaciones de la espalda, causando inflamación y rigidez. 

Estilo de vida sedentario 

La falta de actividad física y el estar sentado por largos períodos de tiempo pueden debilitar los músculos de la espalda y aumentar el riesgo de dolencias. 

Sobrepeso y obesidad 

El exceso de peso puede ejercer presión adicional sobre la columna vertebral y causar tensión en los músculos y los discos, lo que aumenta el riesgo de dolencias de espalda. 

Malas posturas 

Adoptar posturas incorrectas al estar de pie, sentado o levantando objetos pesados puede poner tensión en la espalda y desencadenar dolencias y procesos degenerativos de la espalda. 

Lesiones y traumatismos 

Cualquier lesión o trauma en la columna vertebral, como caídas, accidentes automovilísticos o lesiones deportivas, puede dañar los tejidos de la espalda y provocar dolencias. 

Factores genéticos 

Algunas personas pueden tener una predisposición genética a desarrollar dolencias y procesos degenerativos de espalda, como la escoliosis o la degeneración discal. 

Trabajo físicamente exigente 

Realizar tareas que impliquen levantar objetos pesados, moverse repetidamente o estar en posiciones incómodas durante largos períodos de tiempo puede aumentar el riesgo de sufrir lesiones por sobreesfuerzo muscular. 

Osteoporosis 

La osteoporosis puede desencadenar fracturas vertebrales por compresión o colapso de la vértebra como consecuencia de la debilidad del hueso. Esto puede traer consigo disminución de la estatura y dolencias en la espalda. 

Síntomas de las afecciones de espalda 

La degeneración de los tejidos de la espalda puede ser progresiva y empeorar con el tiempo. Esto puede llevar a una disminución de la calidad de vida, afectando la capacidad para trabajar, realizar actividades físicas y disfrutar de las actividades cotidianas. 

Los procesos degenerativos de la espalda se caracterizan por el desgaste y deterioro gradual de los tejidos de la columna vertebral, como los discos intervertebrales y las articulaciones.  

Este desgaste continuo puede resultar en dolor de espalda crónico, restricción de movimiento y otros síntomas asociados como la lumbalgia y la lumbociática.  

Lumbalgia 

La lumbalgia se refiere al dolor en la zona baja de la espalda y es uno de los síntomas más comunes de los procesos degenerativos de la espalda. Puede ser causada por el desgaste de los discos intervertebrales, la degeneración de las articulaciones facetarias o la compresión de los nervios espinales. 

Lumbociática 

La lumbociática, por otro lado, es una condición en la que el dolor lumbar se irradia hacia la pierna debido a la compresión o irritación del nervio ciático. Esto puede ocurrir como resultado de una hernia discal en la zona lumbar, donde el material del disco se desplaza y comprime el nervio ciático. 

Procesos degenerativos de la espalda 

Existen distintas enfermedades que pueden generar dolencias en la espalda, entre las que destacan los procesos degenerativos, de los cuales podemos mencionar: 

Enfermedad degenerativa del disco 

Se refiere a los cambios normales que ocurren en los discos intervertebrales a medida que envejecemos. Estos discos actúan como amortiguadores entre las vértebras y pueden desgastarse con el tiempo, lo que puede provocar dolor de espalda o de cuello.  

Osteoartritis espinal 

Es una forma de artrosis que afecta a las articulaciones de la columna vertebral. Esta enfermedad crónica provoca el deterioro del cartílago que protege y amortigua las articulaciones, lo que puede resultar en dolor crónico en la columna y la espalda.  

En algunos casos, pueden formarse espolones óseos en la columna vertebral como respuesta al desgaste, lo que puede llevar a la estenosis espinal.  

Estenosis espinal 

Se produce cuando hay un estrechamiento del canal espinal, que es el espacio por donde pasa la médula espinal y los nervios espinales. Esto puede ser causado por el desgaste de los discos intervertebrales, el crecimiento de los huesos o los cambios en los ligamentos.  

La estenosis espinal puede causar dolor, debilidad y entumecimiento en las extremidades, así como dificultades para caminar. 

Hernia discal 

La hernia discal es una condición en la que el material del disco intervertebral se hernia o se desplaza de su posición normal. Esto puede causar dolor y otros síntomas si la hernia comprime los nervios espinales. 

Espondilolisis 

La espondilolisis es una afección en la que hay una fractura o debilidad en una parte de la columna vertebral llamada pars interarticularis o “istmo”. Esto puede llevar a una inestabilidad de la columna vertebral y causar dolor lumbar. 

Tratamiento de las dolencias de espalda y sus procesos degenerativos 

El tratamiento de las dolencias y los procesos degenerativos de espalda puede variar dependiendo de la gravedad de la afección y los síntomas específicos que presente cada persona.  

Es importante consultar a un médico para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado. A continuación, mencionamos algunas opciones de tratamiento comunes: 

  • Medicamentos: Los analgésicos, los antiinflamatorios no esteroideos y los relajantes musculares pueden ayudar a reducir el dolor y la inflamación. 
  • Fisioterapia: Los ejercicios de fortalecimiento, estiramiento y corrección postural pueden ayudar a mejorar la estabilidad y la movilidad de la columna vertebral. 
  • Terapia ocupacional: Se pueden enseñar técnicas para realizar actividades diarias sin agravar los síntomas. 
  • Terapias complementarias: Algunas personas encuentran alivio con tratamientos como la acupuntura, la quiropráctica o la terapia de masajes. 
  • Inyecciones epidurales: Estas inyecciones se administran en el espacio epidural alrededor de los nervios espinales para reducir la inflamación y aliviar el dolor. Pueden contener esteroides o anestésicos locales. 
  • Cirugía: En casos más graves o cuando los tratamientos conservadores no son efectivos, puede considerarse la cirugía. Algunos procedimientos quirúrgicos comunes incluyen: 
    • Discectomía: Se retira parte o la totalidad de un disco intervertebral dañado. 
    • Fusión espinal: Se unen dos o más vértebras para estabilizar la columna vertebral. 
    • Laminectomía: Se elimina parte de la estructura ósea para aliviar la presión en los nervios espinales. 
    • Reemplazo de disco: Se reemplaza un disco dañado por un implante artificial. 

Fajas dorsolumbares o sacrolumbares 

El uso de fajas sacrolumbares o dorsolumbares para el tratamiento de las dolencias de espalda puede ser una opción en muchos casos, ya que proporcionan soporte y compresión de la espalda. 

Algunos beneficios potenciales del uso de fajas sacrolumbares o dorsolumbares incluyen: 

  • Estabilización de la columna vertebral: Las fajas pueden ayudar a mantener una postura adecuada y estabilizar la columna vertebral, lo que puede reducir la presión y el estrés en la espalda. 
  • Alivio del dolor: Las fajas pueden proporcionar compresión y soporte, lo que puede ayudar a aliviar el dolor en la zona lumbar o dorsal. 
  • Mejora de la función: El uso de fajas puede ayudar a mejorar la función y la movilidad de la columna vertebral, lo que puede facilitar la realización de actividades diarias. 

 No se recomienda el uso prolongado o excesivo de estas fajas, ya que pueden debilitar los músculos de la espalda y causar dependencia. Se pueden combinar con fisioterapia y ejercicios de la espalda para evitar la atrofia muscular. 

 Es importante destacar que el uso de fajas sacrolumbares o dorsolumbares debe ser recomendado por un profesional de la salud y utilizado de acuerdo con sus indicaciones. En Orliman disponemos de las siguientes fajas para las dolencias de espalda y sus procesos degenerativos: 

Consejos para prevenir y mantener una espalda saludable  

Para prevenir las dolencias y los procesos degenerativos de la espalda puedes seguir estos consejos: 

  • Realiza ejercicios de fortalecimiento y estiramiento de los músculos de la espalda al menos dos días a la semana. Esto ayudará a mantener los músculos fuertes y flexibles, lo que puede prevenir el dolor de espalda. 
  • Mantén una postura adecuada tanto al estar de pie como al sentarte. Evita encorvarte y procura mantener la espalda recta. 
  • Evita levantar objetos pesados de forma incorrecta. Si necesitas levantar algo pesado, dobla las rodillas y utiliza los músculos de las piernas en lugar de cargar todo el peso en la espalda. 
  • Mantente activo y lleva una alimentación saludable. El sobrepeso puede ejercer presión adicional en la espalda, por lo que mantener un peso saludable puede ayudar a prevenir el dolor. 
  • Evita fumar, ya que el tabaquismo puede afectar la salud de los discos intervertebrales de la espalda y aumentar el riesgo de dolor crónico. 
  • Realiza pausas y movimientos de estiramiento si pasas mucho tiempo sentado o en una misma posición. Esto ayuda a aliviar la tensión acumulada en la espalda. 
  • Utiliza una silla adecuada y con buen soporte lumbar cuando estés sentado por largos períodos de tiempo. 
  • Duerme en una posición que sea cómoda y que apoye la curvatura natural de tu columna vertebral. Utiliza un colchón y una almohada que sean adecuados para tu postura de sueño. 

Osteoporosis, una enfermedad silenciosa

La enfermedad silenciosa, como también se le conoce a la osteoporosis, afecta a millones de personas en todo el mundo. Acompáñanos en este artículo, donde exploraremos qué es la osteoporosis, sus causas, síntomas, diagnóstico y tratamientos disponibles. También proporcionaremos consejos y recomendaciones para prevenir y controlar esta enfermedad. 

¿Qué es la osteoporosis? 

La osteoporosis es una enfermedad en la que los huesos se debilitan y se vuelven más propensos a fracturarse. Se caracteriza por una disminución de la densidad ósea y la pérdida de masa ósea, lo que hace que los huesos se vuelvan frágiles y quebradizos.  

Esta condición puede ocurrir cuando el cuerpo no produce suficiente hueso nuevo, cuando se reabsorbe demasiado hueso existente, o una combinación de ambos factores.  

Factores de riesgo y causas 

Aunque esta enfermedad puede resultar de una combinación de muchos factores, algunos de los factores de riesgo comunes para la osteoporosis incluyen: 

Edad 

La pérdida de masa ósea es un proceso natural que ocurre con el tiempo, por lo tanto, a medida que envejecemos, aumenta el riesgo de desarrollar osteoporosis. 

Sexo 

Las mujeres tienen un mayor riesgo de osteoporosis en comparación con los hombres. Esto se debe principalmente a los cambios hormonales que ocurren durante la menopausia, cuando los niveles de estrógeno disminuyen y se acelera la pérdida de masa ósea. 

Antecedentes familiares 

Si tienes familiares cercanos que tienen osteoporosis, es más probable que también desarrolles la enfermedad, ya que existe una predisposición genética a la osteoporosis. 

Bajo consumo de calcio 

Una ingesta inadecuada de calcio a lo largo de la vida puede contribuir al desarrollo de la osteoporosis. El calcio es un mineral esencial para la salud del hueso. 

Deficiencia de vitamina D 

La vitamina D ayuda al cuerpo a absorber el calcio. Una deficiencia de vitamina D puede dificultar la absorción adecuada de calcio y contribuir a la osteoporosis. 

Estilo de vida sedentario 

La falta de actividad física regular puede debilitar los huesos y aumentar el riesgo de osteoporosis. El ejercicio regular, especialmente el ejercicio de carga de peso, es importante para mantener la salud ósea. 

Consumo excesivo de alcohol y tabaquismo 

El consumo excesivo de alcohol y el tabaquismo pueden debilitar los huesos y aumentar el riesgo de osteoporosis. 

Síntomas de la enfermedad silenciosa 

Los síntomas de la osteoporosis pueden variar, y en las etapas tempranas de la enfermedad, es posible que no se presenten síntomas evidentes. Sin embargo, a medida que avanza, pueden aparecer los siguientes síntomas: 

Dolor de espalda 

El dolor de espalda es uno de los síntomas más comunes de la osteoporosis. Puede ser causado por una fractura por compresión o colapso de una vértebra a causa de la debilidad del hueso. 

Pérdida de estatura 

Con el tiempo, la debilidad de los huesos por la osteoporosis puede hacer que los huesos de la columna vertebral se colapsen, lo que puede resultar en una pérdida de altura. 

Postura encorvada  

La pérdida de masa ósea puede llevar a una postura encorvada o jorobada, conocida como cifosis. Esto se debe a la debilidad de los huesos por la osteoporosis en la columna vertebral. 

Fracturas óseas  

Los huesos debilitados por la osteoporosis son más propensos a fracturarse. Las fracturas más frecuentes ocurren en la columna vertebral, la cadera y las muñecas. 

Es importante tener en cuenta que estos síntomas pueden variar en cada persona y la gravedad de los síntomas puede depender del grado de debilitamiento óseo. 

¿Cómo se diagnostica la osteoporosis?  

El diagnóstico de la osteoporosis generalmente se basa en la evaluación de la densidad ósea y la evaluación del riesgo de fracturas óseas 

La densitometría ósea es la prueba más comúnmente utilizada para diagnosticar la osteoporosis. Se emplea una máquina especializada que utiliza rayos X de baja intensidad para medir la densidad mineral ósea. El resultado se compara con los valores de referencia para determinar si existe osteoporosis. 

Las radiografías simples son otra prueba común en osteoporosis, ya que pueden mostrar fracturas óseas, pero no son tan sensibles para detectar la osteoporosis en sus etapas tempranas. Sin embargo, pueden ser útiles para evaluar el grado de deformidad vertebral en casos avanzados. 

Algunas pruebas de laboratorio pueden ayudar a evaluar el metabolismo óseo, como los niveles de calcio, vitamina D y marcadores óseos. Estos análisis pueden ayudar a descartar otras condiciones que pueden afectar la salud ósea.  

Tratamiento de la osteoporosis 

El tratamiento de la osteoporosis tiene como objetivo fortalecer los huesos y reducir el riesgo de fracturas. Con base a esto podemos decir que el tratamiento puede derivar en: 

Cambios en el estilo de vida 

Se recomienda adoptar hábitos saludables para mantener la salud del hueso. Esto puede implicar una dieta rica en calcio y vitamina D, así como la práctica regular de ejercicio físico, especialmente aquellos que fortalecen los huesos, como el levantamiento de pesas y los ejercicios de impacto. 

Estos ejercicios deben ser personalizados de acuerdo al grado de afectación ósea y guiados, en la medida de lo posible, por un fisioterapeuta para evitar lesiones o fracturas del hueso. 

Medicamentos 

Hay varios medicamentos disponibles para el tratamiento de la osteoporosis. Estos pueden incluir: 

  • Bisfosfonatos, como alendronato, risedronato e ibandronato, que ayudan a reducir la pérdida ósea. 
  • Moduladores selectivos de los receptores de estrógenos: como el raloxifeno, que puede ayudar a prevenir la pérdida ósea y reducir el riesgo de fracturas. 
  • Terapia hormonal, en casos seleccionados, la terapia hormonal puede ser utilizada en mujeres posmenopáusicas para ayudar a prevenir la pérdida ósea y reducir el riesgo de fracturas. 
  • Denosumab, un medicamento que actúa inhibiendo la formación y acción de las células que descomponen el hueso. 
  • Teriparatida: una forma sintética de la hormona paratiroidea, que estimula la formación de hueso nuevo. 
  • Suplementos de calcio y vitamina D. En algunos casos, puede ser necesario tomar suplementos para asegurar un adecuado aporte de estos nutrientes esenciales para la salud ósea. 

 Es importante destacar que el tratamiento de la osteoporosis debe ser individualizado y adaptado a las necesidades y características de cada persona. 

Consejos prácticos para prevenir la osteoporosis y mantener una buena salud ósea 

Un total de 2.945.000 personas padecen osteoporosis en España, la enfermedad “silenciosa” que provoca que los huesos se vuelvan frágiles y más propensos a romperse, incluso después de una pequeña caída. Su prevención pasa por determinadas acciones, entre las que destacan: 

Consume una dieta equilibrada 

Una dieta adecuada puede proporcionar los nutrientes necesarios para mantener la salud ósea y prevenir la pérdida de densidad ósea. Aquí hay algunas pautas generales para la alimentación en la osteoporosis y en su prevención: 

  • Calcio: El calcio es fundamental para fortalecer los huesos. Se recomienda consumir alimentos ricos en calcio, como productos lácteos (leche, yogur, queso), verduras de hoja verde (espinacas, acelgas, brócoli), pescado enlatado con huesos blandos (salmón, sardinas) y alimentos fortificados con calcio (jugo de naranja, cereales).
  • Vitamina D: La vitamina D ayuda al cuerpo a absorber el calcio. Se puede obtener a través de la exposición al sol y de alimentos como pescados grasos (salmón, atún), yema de huevo, alimentos fortificados (leche, jugo de naranja, cereales) y suplementos de vitamina D, si es necesario.
  • Proteínas: Las proteínas son importantes para la formación y reparación de los tejidos, incluyendo los huesos. Se recomienda consumir fuentes de proteínas magras, como carnes magras, aves, pescado, legumbres, nueces y productos lácteos bajos en grasa.
  • Fósforo: El fósforo es otro mineral esencial para la salud ósea. Se encuentra en alimentos como carnes, pescados, productos lácteos, nueces y granos enteros.
  • Magnesio: El magnesio está involucrado en la formación y el mantenimiento de los huesos. Se encuentra en alimentos como nueces, semillas, legumbres, espinacas y granos enteros. 

Evita el consumo excesivo de alcohol, tabaco y cafeína  

El consumo excesivo de alcohol, tabaco y cafeína puede interferir con la absorción de calcio y aumentar la pérdida de calcio en el cuerpo. Esto hace que se debilite el hueso y, por tanto, aumenta el riesgo de sufrir osteoporosis y fracturas. 

Mantén una postura adecuada 

Una buena postura puede ayudar a distribuir el peso de manera uniforme a través de las articulaciones y reducir la presión y el estrés innecesario. Trata de mantener la espalda recta y los hombros relajados en todo momento. 

En Orliman puedes conseguir varias ortesis que pueden ayudarte a mantener la postura adecuada, para prevenir y tratar las fracturas vertebrales: 

Estas ortesis ayudan a enderezar la columna y restringen los movimientos que puedan ser perjudiciales para la integridad ósea.  

Realiza ejercicio regularmente 

El ejercicio físico regular, especialmente aquellos que implican impacto o carga de peso, como caminar, correr, subir escaleras o levantar pesas, puede ayudar a fortalecer los huesos y mejorar la densidad ósea 

En caso de tener osteoporosis son preferibles los ejercicios de bajo impacto, como caminar, nadar o hacer yoga, que pueden ayudar a fortalecer los músculos alrededor de las articulaciones sin ejercer demasiada presión sobre ellas. Estos ejercicios también pueden mejorar la estabilidad y el equilibrio, lo que puede prevenir caídas y lesiones. 

Las actividades de alto impacto, como correr o saltar, pueden ejercer una presión excesiva sobre las articulaciones y aumentar el riesgo de lesiones. Si tienes osteoporosis, es mejor evitar estas actividades o hacerlas con precaución y bajo la supervisión de un profesional de la salud. 

Evitar caídas y lesiones  

Toma medidas para prevenir caídas, como asegurarte de que tu hogar esté libre de obstáculos, usar zapatos adecuados y tomar precauciones al caminar en superficies resbaladizas. 

Controla tu peso 

Mantener un peso adecuado puede ayudar a reducir la carga sobre los huesos y prevenir la pérdida ósea. 

Utiliza soportes o ayudas para caminar 

Si tienes dolor o debilidad en las articulaciones, considera usar soportes o ayudas para caminar, como bastones o andadores. Estos dispositivos pueden reducir la carga sobre las articulaciones y proporcionar estabilidad adicional durante la actividad física. 

Consultar a tu médico regularmente  

Realiza revisiones periódicas con tu médico para evaluar tu salud ósea y recibir recomendaciones adecuadas según tus necesidades individuales. 

Lesiones más comunes por sobreesfuerzo muscular y sobrecargas en la zona lumbar

Las lesiones por sobreesfuerzo muscular y sobrecargas en la zona lumbar pueden afectar a personas de todas las edades y estilos de vida, desde atletas hasta trabajadores de oficina.  

Son problemas comunes que pueden surgir de varias actividades y malos hábitos posturales, llegando a ser extremadamente dolorosas y limitantes, afectando la calidad de vida de las personas que las sufren. 

En este artículo, explicaremos las causas, los síntomas a tener en cuenta y las estrategias de prevención y tratamiento para las lesiones más comunes por sobreesfuerzo muscular y sobrecargas en la zona lumbar.   

¿Qué es una lesión por sobrecarga? 

Las lesiones por sobrecarga o lesiones por uso repetitivo, son lesiones que ocurren cuando una parte del cuerpo es sometida a un sobreesfuerzo.  

Cuando este sobreesfuerzo es a nivel muscular, ocurre una sobrecarga muscular, en donde se produce una contracción involuntaria del músculo y las fibras musculares.  

Al mantener este sobreesfuerzo muscular en el tiempo, se produce incomodidad, inflamación y dolores en la zona afectada.  

Es relativamente fácil percibir una sobrecarga de manera externa, puesto que puede apreciarse un aumento del tono al tocar la zona y el músculo suele estar más tenso de lo normal. 

Causas de las lesiones de sobrecarga muscular por sobreesfuerzo 

Puede darse en cualquier persona, ya sea por exceso de ejercicio, levantamiento de cargas inadecuadas, transporte de carga excesiva, una mala ejecución de los movimientos y posturas inadecuadas. 

Hay zonas del cuerpo que tienen más riesgo de sufrir lesiones por sobreesfuerzo muscular y sobrecargas, como el cuello, los hombros, las piernas, los brazos y la zona lumbar. 

Lesiones más comunes por sobreesfuerzo muscular y sobrecargas en la zona lumbar 

Las lesiones más características de la zona lumbar por un sobreesfuerzo muscular son: 

Lumbalgia 

La lumbalgia es un término utilizado para describir el dolor de espalda baja que ocurre en la región lumbar. Es una condición común que afecta a una parte significativa de la población. El dolor experimentado con la lumbalgia puede variar en intensidad y puede ir acompañado de rigidez o limitación en el movimiento en la parte baja de la espalda. 

Ciática 

Es una lesión similar a la lumbalgia, pero de mayor alcance, por una presión sobre el nervio ciático. En este caso existe dolor, debilidad, entumecimiento u hormigueo en una pierna, por lo general, acompañado de dolor lumbar. 

Hernia discal 

Es una condición en la que un disco intervertebral, que actúa como amortiguador entre las vértebras de la columna vertebral, se desplaza o se rompe, lo que puede causar síntomas como dolor, debilidad y hormigueo.  

La hernia de disco puede ocurrir en cualquier parte de la columna vertebral, pero es más común en la parte baja de la espalda y en el cuello. Los pesos que se levantan adoptando posturas incorrectas aceleran el deterioro del disco. 

Esguince lumbar 

Cualquier fuerza de intensidad suficiente puede producir un desgarro en los músculos y tendones de la zona lumbar. Esto se produce con frecuencia en los deportes que requieren empujar o traccionar contra resistencia elevada (p. ej., levantamiento de pesas, fútbol americano) o un giro brusco de la espalda (p. ej., baloncesto, béisbol, golf). 

Deformaciones congénitas en la columna 

También tenemos que tener en cuenta la genética como factor agravante para las lesiones de espalda, estas condiciones pueden determinar un sobreesfuerzo muscular para las personas, generando sobrecargas en la espalda. 

Escoliosis 

La escoliosis es un problema médico que causa una curvatura hacia los lados de la columna vertebral. La curvatura puede tener forma de “S” o “C”. En la mayoría de los casos, no se sabe qué causa esta curvatura. 

Hiperlordosis 

Ocurre cuando la columna vertebral presenta una curvatura excesiva hacia adentro en la región lumbar, lo que provoca que la parte inferior de la espalda se vea más arqueada que lo normal. La hiperlordosis puede resultar en una apariencia de «espalda hueca» y afectar la alineación de la columna vertebral. 

La lordosis lumbar exagerada aumenta la tensión sobre los músculos y ligamentos que estabilizan la columna.  

Cifosis 

Es una condición en la cual la columna vertebral presenta una curvatura excesiva hacia adelante en la región dorsal, lo que provoca que la parte superior de la espalda se vea más redonda de lo normal. Esta condición también es conocida como «joroba» o «chepa». 

Factores de riesgo para presentar sobrecarga lumbar 

Entre los factores de riesgo que pueden desencadenar lesiones por sobrecarga lumbar se encuentran: 

  • Levantamiento frecuente de pesos de 5 Kg o más, especialmente si son levantados con los brazos y piernas estirados y la espalda flexionada o rotada. 
  • Exposición a vibración general del cuerpo, particularmente en conductores de tractores y camiones. La frecuencia vibratoria más perjudicial se sitúa entre 4 y 6 Hz. 
  • Estiramientos frecuentes de la columna vertebral. 
  • Frecuentes cargas verticales sobre la cabeza u hombros. 
  • Realización de trabajos sedentarios. 
  • Trabajos que exigen el mantenimiento de posiciones prolongadas. 
  • Realización de trabajo con fuerte demanda física. 
  • Trabajos que incluyen frecuentes rotaciones del tronco. 
  • Gran talla corporal. 
  • Baja flexibilidad de la columna. 
  • Baja forma física con pobre tono de musculatura abdominal y lumbar. 
  • Factores psíquicos. 
  • Embarazo. 
  • Deportes que se practican con flexión lumbar. 

Prevención de lesiones por sobrecarga muscular 

Para prevenir la aparición de lesiones por sobreesfuerzo muscular y sobrecargas en la zona lumbar, sigue estos consejos: 

  • No pases muchas horas sentado: Se recomienda levantarse cada 45 minutos. 
  • Utiliza sillas ergonómicas regulables y que respeten la curvatura de la columna. 
  • Inclina ligeramente el respaldo para evitar la carga axial en la columna y en la musculatura. 
  • Si estás de pie, utiliza un calzado de 1,5 hasta 3 cm de altura. 
  • Evita estar mucho tiempo parado. Al caminar, las cargas axiales se van distribuyendo por el cuerpo y la columna no sufre tanto. 
  • Si es un trabajo donde coges objetos de peso desde el suelo, realiza la carga ‘’vertical’’ doblando las rodillas y manteniendo la espalda recta. 
  • Para transportar pesos, debes hacerlo siempre acercando el objeto hacia el pecho. 
  • Evita la flexión de la columna a la hora de cargar peso, flexionando en su lugar las rodillas. 
  • Procura empujar o arrastrar los objetos en lugar de levantarlos. 
  • Usa la faja de contención lumbar T-420 para prevenir las lesiones de espalda, gracias a su fuerte sujeción, contención y ajuste.  
  • Emplea medios mecánicos, en la medida de lo posible, para el transporte y levantamiento de cargas. 
  • Mantén una posición erguida, tanto de pie como sentado, procurando no flexionar la columna hacia adelante, esto evitará cargar en exceso las vértebras lumbares. 
  • Si debes conducir durante periodos prolongados de tiempo, haz descansos periódicamente. 
  • Evita calzado con tacón mayor a 4 o 5 cm. 
  • Lleva un estilo de vida activo, esto ayuda a fortalecer los músculos. Realizar deportes como pilates, yoga o natación ayuda a reforzar la zona lumbar y cervical.  
  • Existen las escuelas de espalda en clínicas y centros deportivos, que son departamentos especializados en patología osteomuscular de la espalda.  

Tratamiento para lesiones lumbares 

El tratamiento al inicio debe consistir en reposo, hielo y compresión. Una vez que comienza la curación, la mayoría se beneficia de los ejercicios de fortalecimiento de los músculos abdominales y de estiramiento y fortalecimiento de los músculos paravertebrales para recuperar la flexibilidad. 

Una opción ideal para retomar las actividades y evitar los síntomas lumbares es la faja de alta contención lumbar T-421. Perfecta para personas que presentan sobrecargas intermitentes de la zona lumbar, movimientos repetitivos y esfuerzos constantes de la espalda. 

Los analgésicos y los relajantes musculares pueden ayudar en situaciones agudas a mejorar el dolor. En algunos casos, se pueden administrar inyecciones de corticosteroides cerca del nervio afectado para reducir la inflamación y aliviar el dolor. 

En casos graves o cuando otros tratamientos no han proporcionado alivio, se puede considerar la cirugía. 

Lesiones y enfermedades del pie. Cuidados y curiosidades

El pie es una de las partes del cuerpo que más sufre en nuestro día a día, ya que soporta todo nuestro peso y nos permite caminar y realizar diversas actividades. Por desgracia, también es propenso a sufrir lesiones, enfermedades y otros problemas que pueden afectar nuestra calidad de vida.  

En este artículo, abordaremos algunas de las lesiones y enfermedades más comunes del pie, así como los cuidados y curiosidades que debemos conocer para mantener nuestros pies saludables y en buen estado. 

Lesiones y enfermedades comunes del pie  

En nuestros pies hay más de 100 tendones, 33 articulaciones, 26 huesos y 19 músculos, por lo que es común encontrar diversas enfermedades en ellos. Las lesiones y enfermedades del pie más frecuentes son: 

Juanetes  

Técnicamente, se llaman Hallux Valgus, y consiste en una protuberancia ósea en la articulación de la base del dedo gordo del pie, causada por la presión en el dedo gordo o por la artritis. Se evidencia una masa dura y dolorosa en la articulación del dedo gordo del pie. 

Callos y durezas 

Su nombre técnico es hiperqueratosis, es un engrosamiento de la piel por la fricción o la presión, principalmente en la planta del pie. 

Metatarsalgia 

Es dolor en la parte delantera (región metatarsiana) del pie. El dolor suele ser punzante y puede llegar a ser muy intenso. Empeora durante la práctica de deportes con gran impacto sobre la planta del pie y, en los casos avanzados, simplemente por el hecho de caminar descalzos. 

La metatarsalgia es muy habitual entre los deportistas, debido a una mala mecánica en la fase de despegue, al caminar o al correr. Las mujeres también son proclives a desarrollarla, por el uso de calzado inadecuado, especialmente con excesivo tacón, con poca suela o con una punta demasiado angosta. 

Bursitis retrocalcánea 

Inflamación dolorosa del talón causada por una presión o una lesión en la bursa o bolsa retrocalcánea. La bursa es un saco lleno de líquido que actúa como un cojín y lubricante entre los tendones y músculos que se deslizan sobre el hueso. 

Provoca hinchazón y sensibilidad en la parte posterior del talón y el tobillo. El dolor generalmente empeora mientras se usa zapatos y durante la actividad, mejora con el reposo.  

Tendinitis o tendinosis del tendón de Aquiles 

Sucede cuando se rompen los tejidos blandos en y alrededor del tendón de Aquiles, que conecta los músculos de la pantorrilla con el hueso del talón. 

Conecta los músculos de la pantorrilla con el hueso del talón. 

Fractura por sobrecarga 

Se refiere a una pequeña fisura en un hueso. Puede ocurrir en los dedos de los pies o en el pie mismo. 

Fascitis plantar 

Esta es la inflamación de la fascia plantar, un ligamento ancho y plano en la parte inferior del pie. Este ligamento se extiende desde la parte delantera del talón hasta la base de los dedos. Ayuda a mantener el arco del pie. 

El principal síntoma de la fascitis plantar es el dolor punzante en el talón, que se extiende hasta la planta del pie y aumenta cuando se palpa o se flexiona el pie. Aparece de forma progresiva, y es más frecuente al levantarse. 

Pie diabético 

La elevación de los niveles de glicemia en sangre produce daños en los vasos sanguíneos y nervios que se encuentran en las extremidades, en especial de los pies.  El daño de estas estructuras facilita la aparición del pie diabético con heridas por falta de sensibilidad y una cicatrización defectuosa.   

Esguinces 

Son el resultado de un desgarro de ligamentos en los dedos de los pies o el pie. 

Otras lesiones 

Las enfermedades y lesiones en los pies pueden ser muy variadas, además de las ya mencionadas también se pueden encontrar: 

  • Artrosis o lesiones del cartílago: desgaste o daño al tejido que cubre la superficie del hueso. 
  • Quistes o tumores: son sacos llenos de aire, líquido u otras sustancias.  
  • Espuelas de talón: También conocido como espolón calcáneo, es un crecimiento anormal de hueso en el talón, muchas veces relacionado con la fascitis plantar. 
  • Infecciones del pie: la más frecuente es el pie de atleta ocasionado por hongos, pero también pueden producirse en los huesos o en las articulaciones por bacterias. 
  • Compresión, daño o pinzamiento de los nervios del pie: compresión de las estructuras óseas o de las partes blandas del tobillo durante determinadas actividades, como poner los pies en punta. 
  • Artritis reumatoide: un trastorno articular inflamatorio crónico. 
  • Verrugas en la planta del pie 
  • Caída del arco: También conocido como pie plano 
  • Ampollas y rozaduras.
  • Sequedad cutánea o el exceso de transpiración.  

El uso de calzado inadecuado, la edad, largas horas de pie, el sobrepeso, prácticas deportivas o actividad física frecuente y la diabetes mellitus tipo 2 aumentan las posibilidades de tener problemas en los pies. 

Trece consejos para cuidar tus pies 

Los grandes esfuerzos a los cuales están sometidos los pies a diario ameritan que le brindemos una cuidadosa atención para mantenerlos sanos. Sigue estos consejos para tener tus pies bien cuidados: 

Mantén una buena higiene 

Asegúrate de lavar bien los tobillos, las plantas, las uñas y los espacios entre los dedos. 

Sécalos bien 

El exceso de humedad y el calor, así como los restos de jabón, favorecen la proliferación de hongos y bacterias, por lo que es importante que prestes especial atención a los espacios entre los dedos y dediques un tiempo a dejar los pies bien secos antes de ponerte cualquier calzado. 

Hidrata tus pies 

Aplica una crema hidratante después de la higiene diaria, sobre todo en los talones, la zona del pie que más se reseca y en la que pueden aparecer grietas. Emplea un producto adecuado según el estado de tu piel. 

Masajes para relajar 

Aprovecha el momento de aplicar la crema hidratante para realizar un pequeño masaje por todo el pie, abarcando desde el talón hasta el tobillo y con dedicación a la planta y el empeine. Esto relajará los músculos y te hará sentir mejor. 

Cuida tus uñas 

Ten mucho cuidado al cortarte las uñas de los pies, porque pueden encarnarse si lo haces mal. Usa un cortaúñas o una tijera especial y córtalas con forma cuadrada, sin que queden bordes irregulares o esquinas salientes y dejando dos milímetros de distancia respecto a la zona en que la uña se adhiere a la piel.  

Usa buenos calcetines 

Apuesta por prendas elaboradas con materiales como el algodón, en lugar de los que contienen fibras sintéticas e impiden la correcta transpiración. Así mismo, haz lo posible por evitar las costuras muy marcadas que ejercen presión o roces sobre la piel.  

En orliman tenemos distintos calcetines que se adecuan a tus necesidades, el calcetín técnico deportivo orliman sport, calcetín de viaje o el calcetín para pie diabético. 

Usa el calzado adecuado 

Utiliza un calzado flexible, transpirable, de anchura adecuada a tus pies y cómodo. Busca aquellos que tengan una planta acolchada o, en su defecto, utiliza una almohadilla plantar sintética para evitar sobrecargar tus pies. Si requieres un zapato especial puedes ver nuestra línea de calzado terapéutico. 

Tan perjudicial es llevar un calzado demasiado ajustado como demasiado ancho. En ambos casos, el pie no se adapta correctamente al zapato, por lo que esto puede causar la aparición de dolencias en nuestros pies o lesiones que nos impiden caminar con normalidad: rozaduras, juanetes, uña encarnada, espolón calcáneo, pie de atleta, etc.  

Evita usar tacones altos y estrechos 

Los tacones altos y estrechos deben evitarse dentro de lo posible. Los podólogos desaconsejan llevar zapatos de tacón, porque alteran la postura natural del cuerpo e invierte el reparto natural del peso del cuerpo sobre los pies.  

Es decir, según estudios científicos, cuando estamos descalzos en el suelo, el talón soporta el 75% del peso y la parte delantera o antepié, el 25%, mientras que cuando llevamos un tacón de 3 o 4 centímetros, la proporción pasa a ser de 50%-50% y, conforme aumenta la altura del tacón, los patrones continúan alterándose hasta acabar invertidos. 

Por eso, es recomendable usar calzado plano (pero no con suela demasiado fina) o, en todo caso, un tacón de dos a cuatro centímetros, sin sobrepasa esta altura. 

Compra tus zapatos por la tarde 

El tamaño del pie puede variar en el transcurso del día debido a las actividades que se realicen, debido a la acumulación de líquidos, por lo que la hora recomendada para comprar zapatos en la tarde cuando el pie se encuentra hinchado, de esta manera nos aseguraremos que el zapato no nos apretara y es el ideal. 

Realiza ejercicios con regularidad

Es fundamental mantener los músculos, articulaciones y tendones de los pies activos. Para trabajarlos, estira y recoge a menudo los pies, mueve los dedos y gira los tobillos. 

Evita las infecciones del pie 

Para evitar las infecciones por hongos o verrugas, protege tus pies utilizando chanclas o escarpines de goma en zonas húmedas de uso público como las piscinas o playas. También evita compartir las herramientas para cortar las uñas, ni siquiera con otros miembros de la familia. 

Utiliza productos ortopédicos para proteger los pies 

Existen productos diseñados para aliviar los dolores provocados por las distintas patologías: almohadillas plantares, correctores de juanetes, protectores antifricción, dediles y separadores para callos, taloneras, plantillas…  

 Todos con el fin de prevenir lesiones o aliviar las que ya están presentes.  

Si presentas alguna lesión o enfermedad… 

La mayoría de los dolores y lesiones leves de pies se resuelven con tratamientos caseros, que incluyen reposo, hielo, compresión y elevación del pie. Pero si esto no resuelve el problema, es necesario que consultes con un médico o podólogo para iniciar el tratamiento adecuado. 

Curiosidades sobre tus pies que quizás no sabías 

  • Durante el verano nuestros pies pueden llegar a aumentar una talla más, debido al calor. 
  • Las mujeres presentan dolencias en los pies hasta cuatro veces más que los hombres. 
  • 9 de cada 10 mujeres no usan la talla de calzado adecuada. 
  • El pie reúne una cuarta parte de los huesos de nuestro cuerpo. 
  • Una persona camina de media unos 10.000 pasos al día. Esto son 24.000 kilómetros a lo largo de su vida, lo que equivaldría a dar la vuelta al mundo un total de cuatro veces. 
  • Un par de pies contiene aproximadamente 250.000 glándulas sudoríparas. 

Deportes acuáticos: prevención de lesiones este verano

A pesar de los grandes beneficios para la salud, también hay varios riesgos asociados con los deportes acuáticos, como lesiones comunes en los músculos y articulaciones, ahogamiento, hipotermia, hipertermia, exposición al sol y mareo.  

Por esta razón, hoy queremos darte algunos consejos para la prevención de lesiones este verano durante la práctica de los deportes acuáticos.

Cómo prevenir las lesiones de los deportes acuáticos  

Los deportes acuáticos, además de divertidos, mejoran la circulación sanguínea, aumentan la capacidad pulmonar, potencian la musculatura, favorecen la coordinación, aumentan la capacidad cardiorrespiratoria y mejoran la salud mental. 

Pero si no se practican con las prevenciones adecuadas pueden resultar peligrosos. Sigue estas recomendaciones cuando hagas deportes acuáticos durante el verano:  

Consulta a un médico antes de aventurarte  

Siempre se recomienda consultar con un profesional antes de comenzar cualquier programa de ejercicios y los deportes acuáticos no son la excepción. Consulta con tu médico de confianza sobre las limitaciones y cuidados particulares que debes tener en cuenta antes de practicar deportes acuáticos por primera vez. 

Estira y calienta antes de mojarte 

Es recomendable realizar calentamientos y estiramientos antes de comenzar cualquier deporte acuático, poniendo énfasis en estirar los músculos de las piernas y las pantorrillas. También puede ser beneficioso estirar los músculos de la espalda y los brazos.  

Calienta y estira correctamente y con precaución para evitar lesiones. Recuerda estirar también al finalizar la actividad. 

Usa la indumentaria adecuada 

El equipo de protección para los deportes acuáticos puede incluir chalecos salvavidas, cascos de seguridad, diademas de natación para proteger los oídos, y otros suministros de seguridad para prevenir lesiones mientras se practica algún deporte acuático.  

Es importante que selecciones el equipo de protección adecuado para el deporte en particular y usarlo adecuadamente para asegurar la máxima protección.

Sé cauteloso al zambullirse en el agua  

Ten precaución y cuidado al momento de zambullirte, especialmente en lugares desconocidos. Evalúa las condiciones del agua, la profundidad y la distancia de los obstáculos antes de entrar al agua, además procura seguir las normas de seguridad establecidas para prevenir lesiones graves. 

Las lesiones acuáticas pueden ocurrir a través del contacto mecánico con una variedad de objetos o superficies diferentes, como un dispositivo recreativo, una parte de una embarcación, rocas, corales, o pueden ocurrir a través del contacto con animales marinos. 

Sigue las señales y normas de seguridad establecidas  

En las playas y ríos, las balizas pueden indicar áreas de seguridad o peligro, y las reglas establecidas por las autoridades deben ser respetadas. También debes tener en cuenta el nivel de habilidad requerido para cada deporte acuático específico.  

Como deportista, debes ser consciente de las normas básicas de comportamiento en el agua y respetar el derecho de paso de otros usuarios en las zonas designadas para cada deporte acuático. 

Verifica las condiciones climáticas y ajusta la actividad  

Es importante tomar en cuenta las condiciones climáticas y ajustar la actividad de acuerdo a estos factores en los deportes acuáticos para prevenir lesiones y garantizar la seguridad de los deportistas.  

Evalúa el viento, las corrientes y la temperatura del agua y adapta la actividad de acuerdo a las condiciones. Por ejemplo, en condiciones de viento fuerte o frío, se puede optar por cambiar la ubicación de la actividad o ajustar la intensidad.  

Además, es fundamental que te informes sobre las alertas de tormenta y seguir las medidas de seguridad establecidas por las autoridades en caso de condiciones climáticas adversas. 

Evalúa los riesgos específicos de cada deporte 

Los riesgos asociados con cada deporte acuático específico pueden variar dependiendo de la actividad. Infórmate sobre los riesgos específicos de cada deporte acuático y toma medidas de precaución para prevenir accidentes y lesiones graves. 

  • En natación, los riesgos pueden incluir lesiones musculares o accidentes por falta de precaución en los bordes de la piscina.  
  • En el surf o el windsurf, los riesgos pueden incluir lesiones por impactos con la tabla (que es el mecanismo de lesión más común) o con otros surfistas, y el peligro de ahogamiento en caso de condiciones climáticas adversas.  
  • En el buceo, los riesgos pueden incluir el mal de descompresión o la falta de oxígeno en el equipo de buceo.  

Lo ideal es que antes de aventurarte con los deportes acuáticos realices ejercicios de tonificación muscular, elasticidad y movilidad de las articulaciones para que puedas exigirte sin problemas.  

Protege tus articulaciones con ortesis 

Es posible utilizar ortesis en deportes acuáticos para prevenir lesiones y proteger las articulaciones. En Orliman hemos puesto a tu disposición la central Ergotec 3D para la fabricación de férulas con impresión 3D.  

Estas férulas se imprimen con Singufil, un material sintético, versátil que puede conseguir rigidez y flexibilidad al mismo tiempo. Una de sus ventajas es que es resistente al agua, por lo que podrás usar tus ortesis sin problemas durante la práctica de los deportes acuáticos en este verano. 

En el surf o el windsurf se pueden emplear rodilleras o coderas para proteger las articulaciones de posibles impactos, o en el buceo se pueden utilizar férulas de dedos o muñequeras para proteger las manos y las muñecas. También puedes usar ortesis para prevenir lesiones en tobillos y pies durante la práctica de deportes acuáticos. 

Cuando entrenes fuera del agua para fortalecer los músculos y acondicionar tus articulaciones puedes usar nuestra línea deportiva orliman, para que estés protegido en todo momento. 

No consumas alcohol  

El consumo de alcohol en deportes acuáticos aumenta significativamente el riesgo de accidentes y lesiones graves. El alcohol disminuye la capacidad de reacción y coordinación, lo que puede afectar tus habilidades para nadar, surfear, navegar o realizar otras actividades acuáticas de manera segura.  

El consumo de alcohol puede ocasionar una falsa sensación de seguridad, lo que puede llevarte a tomar decisiones imprudentes y a arriesgarte a situaciones peligrosas. Por estas razones, evita el consumo de alcohol antes o durante la práctica de deportes acuáticos para prevenir lesiones acuáticas este verano. 

Hidrátate continuamente 

La hidratación continua en deportes acuáticos es muy importante para prevenir la deshidratación. Por estar en el agua puedes pensar que no necesitas beber agua, pero esto no es cierto. Es crucial beber agua antes, durante y después de la actividad para mantener un nivel adecuado de hidratación.  

Es recomendable beber cada 30 minutos 250 ml de agua para evitar llegar a tener sed, lo cual es un síntoma claro de que el cuerpo está deshidratado. También es posible utilizar bebidas deportivas isotónicas para reponer los electrolitos perdidos durante la actividad. 

 

Escoliosis: detección precoz y tratamiento

La escoliosis es una deformidad de la columna que avanza progresivamente si no se corrige a tiempo. Por eso, lograr una detección precoz es fundamental para un tratamiento temprano y frenar el avance de la escoliosis.  

A continuación, te contamos cómo lograr una detección precoz de la escoliosis y cuál es su tratamiento. 

¿Por qué ocurre la escoliosis?  

La columna vertebral puede presentar diversas deformidades, una de ellas es la escoliosis, en donde la columna se desvía de forma lateral 

Puede ser causada por distintas afecciones neuromusculares como la parálisis cerebral, defectos de nacimiento que afectan la formación de los huesos, cirugías en la pared torácica en los primeros meses de vida, lesiones o infecciones de la columna vertebral y anomalías en la médula espinal.  

 Sin embargo, la gran mayoría de los casos de escoliosis son de causa desconocida y pueden obedecer a un factor hereditario. 

¿Cuándo sospechar de escoliosis?  

Esta enfermedad se presenta al inicio de forma asintomática, pero puedes notar algunos signos que pueden hacerte sospechar de su presencia. Los primeros signos que puedes notar para detectar el inicio de una escoliosis son: 

  • Hombros desnivelados: Un hombro puede parecer más alto o abultado que el otro. 
  • Omóplato prominente: lo notarás por una asimetría en la parte superior de la espalda. 
  • Cintura dispareja: un lado de la cintura puede parecer más alto que el otro. 
  • Curvatura evidente en la columna vertebral: la columna puede parecer torcida, en forma de S o de C. 
  • Cadera más alta que la otra. 
  • Pierna más larga que la otra. 

Es importante recordar que estos signos pueden variar entre cada persona y cada caso. Si notas alguno de los signos y piensas que pueda ser una escoliosis, es necesario consultar a un médico que evalúe e inicie un tratamiento adecuado y oportuno. 

Al detectar y tratar la escoliosis a tiempo se logran prevenir las complicaciones y limitaciones en el futuro. 

¿Cómo se detecta la escoliosis?

Los exámenes físicos periódicos, especialmente antes de practicar deportes, pueden ayudar a detectar la escoliosis de manera temprana. 

En general, si sospechas de una escoliosis en tu hijo o en ti, es crucial buscar atención médica para realizar los exámenes necesarios para detectar la escoliosis de forma precoz. 

La principal forma de confirmar la escoliosis es la radiografía, que además de confirmar el diagnóstico puede revelar la gravedad de la curvatura de la columna vertebral. 

Aunque veas a tus hijos sanos o libres de enfermedades, los controles de salud regulares son vitales para detectar problemas de columna anticipadamente. 

Esto puede mejorar significativamente el tratamiento en equipo multidisciplinario con médicos especialistas, como pediatras, kinesiólogos, neurólogos, neumonólogos y ortopedistas. 

¿Qué es la escoliosis de inicio temprano?  

La escoliosis de inicio temprano (también conocida como escoliosis de desarrollo temprano) se presenta antes de los 10 años de edad debido a anomalías estructurales congénitas de la columna, enfermedades neuromusculares, síndromes, o por causas desconocidas (idiopática). 

  • En los niños de 3 años o menos, se denomina escoliosis infantil. En estos casos se puede usar el arnés de kallabis que permite la bipedestación, el inicio de la marcha y ayuda a corregir el problema, sobre todo en casos de escoliosis del lactante, congénita y la idiopática infantil. 
  • En los niños de 4 a 10 años, se denomina escoliosis juvenil. 

Por otro lado, en los niños mayores de 11 hasta los 18 años, se denomina escoliosis adolescente. Cuando la escoliosis se presenta en estado de crecimiento rápido, como la infancia o adolescencia, suele tener mayor probabilidad de avanzar y ocasionar síntomas. 

Tratamiento de la escoliosis 

Los niños que presentan curvaturas muy leves generalmente no necesitan ningún tratamiento de la escoliosis, aunque es posible que requieran controles periódicos para determinar si la curvatura empeora a medida que crecen. 

Cuando la escoliosis es moderada y los huesos aún están en desarrollo, el médico podría recomendar el uso de un dispositivo de inmovilización. Esto no cura la escoliosis ni corrige la curvatura, pero suele evitar que la curvatura empeore. 

La efectividad de un dispositivo de inmovilización aumenta con la cantidad de horas al día que se usa. Los niños que usan dispositivos de inmovilización, a menudo, pueden practicar la mayoría de las actividades y con pocas restricciones. Sin embargo, el empleo continuo se dificulta en algunos casos por vergüenza. 

Si es necesario, los niños pueden quitarse el dispositivo de inmovilización para practicar deportes u otras actividades físicas.  

Este tratamiento incluye fisioterapia y ejercicio (por ejemplo natación) en casos de curvas leves para mejorar la postura y fortalecer los músculos de la espalda.  

El corset busca frenar la progresión de una curva con el propósito de evitar la cirugía. Por lo tanto, está indicado en escoliosis con riesgo de progresión a grado severo.  

En el caso de escoliosis dolorosas pueden utilizarse la faja “lumbitron” dorsolumbar semirrígida forte o el corsé bivalvo las cuales son una opción de tratamiento perfecta y ejercen un efecto de tracción que induce al enderezamiento dorsal y es muy bien tolerada. 

La escoliosis grave suele avanzar con el paso del tiempo, por lo que en la mayoría de los casos se requiere una cirugía de escoliosis para ayudar a enderezar la curvatura de la columna vertebral y evitar que empeore. 

¿Qué pasa si no se trata la escoliosis? 

Si bien la mayoría de las personas que padece escoliosis tiene una forma leve de escoliosis, a menudo, pueden surgir complicaciones, entre ellas: 

  • Dolor de espalda o lumbago que baja hacia las piernas. 
  • Debilidad o sensación de cansancio en la columna después de estar de pie o sentado durante mucho tiempo. 
  • Problemas de postura. 
  • Fatiga muscular, debilidad y disminución de la movilidad. 
  • Problemas respiratorios, ya que en la escoliosis grave, la caja torácica puede presionar los pulmones, lo que dificulta la respiración. 
  • Baja autoestima, por los cambios notorios en la apariencia del cuerpo a medida que la escoliosis empeora.  

Lamentablemente, muchos jóvenes con escoliosis ya sufren deformidades graves que comprometen la función respiratoria y cardíaca, lo que indica una falla en el diagnóstico y la prevención precoz. 

Es importante realizar un control de salud en los niños, no solo cuando son bebés o niños pequeños, sino también de manera periódica en los mayores de 3 años. 

¿Cómo cuidar tus pies mientras practicas senderismo?

El senderismo tiene muchos beneficios para la salud física y mental, ya que mejora la fuerza cardiovascular, despeja la mente, fortalece los huesos, mejora el equilibrio y acelera el metabolismo. 

Pero también somete a nuestros pies a cargas que pueden lesionarlos. Por esta razón hoy te dejamos algunos consejos para cuidar tus pies para hacer senderismo. 

Cómo cuidar los pies a la hora de practicar senderismo 

Los pies son una parte vital para practicar el senderismo y deben estar preparados para las caminatas que queremos realizar. Sigue estos consejos para evitar sufrir patologías y lesiones en tus pies durante y después del senderismo. 

Antes de empezar con la actividad deportiva intenta cumplir estas indicaciones: 

Elige el calzado adecuado 

El equipo más importante para hacer senderismo es un buen par de zapatos. Los zapatos deben ser cómodos, resistentes e impermeables preferiblemente. Además, antes de emprender una larga caminata, deben estar bien calzados. 

En general, se pueden distinguir tres categorías de zapatos para senderismo: 

  • Botas para trekking: son las más adecuadas para terrenos difíciles, con rocas, desniveles o barro. Tienen la caña alta, que protege el tobillo de torceduras, y la suela gruesa y rígida, que ofrece estabilidad y agarre. Suelen ser impermeables y resistentes, pero también más pesadas y menos transpirables que otros tipos de calzado.
  • Zapatillas para senderismo: son más ligeras y cómodas que las botas, y tienen la caña baja, lo que permite mayor libertad de movimiento. Son ideales para terrenos fáciles o intermedios, con poca pendiente y piso firme.
  • Zapatillas trail running: son las más ligeras y flexibles de todas, y están diseñadas para correr por la montaña. Tienen la caña baja y la suela fina y adherente, aptas para terrenos suaves o moderados, con poca piedra o barro. No suelen ser impermeables ni ofrecen mucha protección o amortiguación. 

Lo mejor son las botas de suela gruesa y largas que llegan al tobillo, para rodear la zona y evitar torceduras en casos de accidentes. Procura evitar los zapatos abiertos o muy delgados que incomoden al momento de caminar. 

Usa la talla correcta 

Todos los zapatos en general deben tener el ajuste adecuado. Si aprieta demasiado puede presionar sobre las uñas y generar lesiones. Si, por el contrario, las zapatillas o las botas están demasiado holgadas, los pies se deslizan y puedes tener calambres. 

Puedes acompañar tus zapatos con la plantilla deportiva con descarga en talón y metatarsos o la plantilla de silicona ultraligera con descarga y apoyo retrocapital que distribuyen la presión plantar y disminuyen las fuerzas de impacto transmitidas del pie al miembro inferior y tronco durante el contacto con el suelo. 

No estrenes los zapatos el día de la caminata 

Usa los zapatos en casa un par de veces antes de salir a realizar el senderismo o caminar. Con esto facilitas que el calzado se adapte a tus pies y evitas que las zapatillas te rocen para prevenir la aparición de las ampollas. 

Es importante acudir al podólogo una o dos semanas antes de cualquier viaje que suponga caminar mucho, y más si es por terrenos difíciles. El podólogo examinará la salud de los pies, recortará las uñas y tratará los callos, durezas, sequedad, etc. 

Si tienes alguna afección preexistente en los pies, como juanetes, dedos en martillo o fascitis plantar, asegúrate de consultar antes de hacer una excursión larga.  

Sé consciente de tu capacidad física 

Antes de ir al terreno, estudia tu capacidad física y ve si eres capaz de alcanzar la meta que te has propuesto. Haz rutas cerca de casa con distancias similares a la que deseas hacer; de esta forma, prepararás tus pies y conocerás tus puntos débiles.  

Un sobreesfuerzo desde cero podría dañar tu viaje y la salud de tus pies, es mejor no arriesgar e ir paso a paso de forma progresiva. 

Arma un botiquín de primeros auxilios 

Al hacer senderismo es necesario llevar un botiquín de primeros auxilios para tratar posibles heridas, ampollas, torceduras o cualquier otra lesión que pueda presentarse. Cuando estés preparando el botiquín para cuidar tus pies para caminar debes incluir: 

  • Productos para desinfectar 
  • Gasas 
  • Vendajes 
  • Pomadas para curar las heridas en el caso de que aparezcan 
  • Tiritas o apósitos  

Consejos para practicar senderismo de manera segura

Durante la práctica de senderismo sigue estos consejos: 

Busca las rutas adecuadas a tu nivel  

Existen un sinfín de terrenos para explorar tanto para principiantes, como para senderistas experimentados. Elige adecuadamente un terreno que esté acorde a tu nivel de experiencia. 

Protege las zonas problemáticas 

Utiliza el protector de juanetes con almohadilla en gel, el tubo con tejido recubierto en gel o la almohadilla metatarsal gel puro para proteger los pies al absorber los impactos, proteger las protuberancias óseas, disminuir la presión y evitar la fricción. 

Lleva calcetines que absorban la humedad 

Los pies sudorosos pueden provocar ampollas, por lo que es importante llevar calcetines que absorban la humedad. Los calcetines de algodón no son una buena elección para los senderistas, ya que atrapan la humedad y hacen que los pies suden más. 

Si se te mojan los calcetines, cámbialos cuanto antes para evitar que tus pies se enfríen y se pongan húmedos. 

El calcetín técnico deportivo orliman sport permite una mayor transpiración en la zona, manteniendo una temperatura constante en los miembros inferiores. También mejora el retorno venoso incrementando la recuperación muscular, que se logra en un menor tiempo. 

Lleva poco peso 

Cuida bien lo que pones en la mochila, ya que si la llenas con demasiado peso, los pies tendrán que soportar más carga y, por lo tanto, tendrán más riesgo de lesionarse. 

Para contrarrestar la carga sobre tus pies puedes usar la talonera de silicona para espolón, descarga central que absorbe los impactos recibidos durante la marcha por tobillos, rodillas y caderas, especialmente en condiciones de exceso de carga. 

Haz descansos 

No intentes caminar demasiado tiempo sin hacer descansos. Haz pausas cada 20-30 minutos para descansar los pies y permitir que se enfríen. 

Examínate los pies con regularidad 

Durante las paradas para descansar, comprueba si tienes ampollas, cortes o cualquier otro signo de lesión. Si observas algún problema, ocúpate de él de inmediato. 

Mójate los pies

Si empiezas a sentir los pies calientes y sudorosos, puedes mojarlos con agua. Esto ayudará a refrescarlos y a prevenir ampollas. Antes de colocarte los zapatos nuevamente, seca bien los pies. 

Listo lograste todo el recorrido 

Una vez finalizada la actividad debes realizar otras actividades para que tus pies se mantengan sanos: 

Estira al terminar el camino 

Además de estirar todo tu cuerpo, también haz estiramiento de los pies para estimular el riego sanguíneo y relajar la musculatura. 

Masajea los pies

Después de una larga caminata, masajearte los pies ayudará a relajarlos y recuperarse, además de potenciar la circulación en esa zona. 

Frío y calor 

Sumerge tus pies en agua fría y caliente. El frío ayuda a desinflamar y aliviar el dolor después de una larga caminata. El calor ayuda a relajar la musculatura y promueve la circulación. Puedes alternar para aprovechar el efecto de cada temperatura. 

Desgarros musculares: Cómo prevenirlos

De seguro has escuchado los desgarros musculares en deportistas famosos, pero son más comunes en deportistas amateurs y personas que empiezan a realizar actividades físicas.  

En el artículo de hoy, te damos algunas recomendaciones para prevenir los desgarros musculares.

¿Qué es un desgarro muscular? 

Consiste en la distensión excesiva o rotura parcial o total de las fibras musculares. Produce dolor intenso, inflamación y dificultad o incapacidad para movilizar la zona afectada por el desgarro. En casos graves se acompaña de equimosis o moretón por la rotura de la fibra muscular. 

Pueden afectar a cualquier músculo, pero los que más se afectan con frecuencia por los desgarros musculares son el cuádriceps y los isquiotibiales,  ubicados en el muslo, y los gemelos de las pantorrillas 

Causas de los desgarros musculares 

Pueden ser causados por distintos motivos como traumatismos o golpes directos, fatiga o sobreesfuerzo del grupo muscular, ya sea por movimientos inadecuados o exceso de ejercicios. 

El sedentarismo, la desnutrición y la deshidratación también predisponen a los desgarros musculares por debilitamiento de las fibras del músculo y una menor capacidad para la contracción durante los ejercicios.  

Consejos para prevenir los desgarros musculares  

Aunque algunos desgarros musculares son inevitables, si sigues estos consejos tendrás un menor riesgo de sufrir uno. 

Calienta antes de empezar 

Previo a la actividad física, se recomienda realizar un calentamiento que aumente el flujo sanguíneo a los grandes grupos musculares. De esta forma, se mejora la capacidad de contracción muscular y desaparecen los riesgos de movimientos con el músculo en frío, cuando es mucho más propenso a romperse. 

Independientemente de la actividad física que vayas a efectuar, un buen calentamiento deberá incluir ejercicio cardiovascular, estiramientos y ejercicios específicos del deporte que vayas a practicar. 

Hay que hacer el proceso inverso cuando va terminando la actividad, para ir llevando los músculos a un buen reposo.  

Estira tus músculos antes y después del ejercicio 

Los estiramientos deben llevarse a cabo antes de la práctica deportiva para poner los músculos y tendones a tono, y después de finalizar para aliviar la musculatura después del ejercicio. 

Con los estiramientos, debes sentir una sensación de extensión, pero sin dolor, y tratar de mantener cada estiramiento durante 30 segundos, como mínimo. 

Ten cuidado con la intensidad 

Es recomendable comenzar suave e ir aumentando poco a poco, especialmente después del periodo de inactividad durante el invierno. De esta manera, el cuerpo se va acostumbrando al trabajo físico. La práctica deportiva sin control puede llevar a lesiones como desgarros musculares. 

Protege las zonas de riesgo 

Los muslos y las pantorrillas suelen ser las más afectadas por los desgarros musculares, por lo tanto, protegerlas disminuirá el riesgo de lesionarte. Utiliza la muslera elástica o la pantorrillera elástica para prevenir desgarros en estas zonas. 

También puedes usar la tobillera elástica, la rodillera elástica corta / 24 cm, la codera elástica o la muñequera elástica para proteger estas partes de las lesiones deportivas. 

No te excedas y para cuando sea necesario  

Es importante realizar la actividad física de acuerdo con la capacidad de cada persona y con el adecuado plan de trabajo. El exceso de entrenamiento lleva a fatiga muscular y hace que los desgarros musculares aparezcan con mayor frecuencia.  

Escucha las señales de tu cuerpo 

Hay que estar siempre pendientes de esas señales de alerta y darle tiempo de recuperación, para así evitar que lleguen los problemas físicos. Escucha y siente tu cuerpo, una molestia o un dolor leve puede ser señal de que algo anda mal.

Hidrátate constantemente  

La hidratación durante la actividad física es necesaria para mantener la elasticidad y la correcta contracción muscular. No esperes a tener sed para hidratarte, en especial durante los días calurosos debes tomar la mayor cantidad de líquido posible. 

Come bien  

Intenta llevar una dieta equilibrada rica en vitaminas, proteínas, omega 3 y antioxidantes, todos necesarios para la formación y reparación muscular.  

Mantente activo  

Lo ideal es que la práctica sea frecuente y no solo los fines de semana o en una temporada. Esto no quiere decir que las personas activas no puedan sufrir un desgarro, no obstante, el riesgo es mucho menor. 

Utiliza materiales adecuados para realizar la actividad física  

Unos tenis en mal estado suelen ayudar a que se presenten lesiones. De igual forma, ejercitarse o practicar deportes sin el equipamiento adecuado aumenta el riesgo de sufrir lesiones. 

Reposa adecuadamente 

Después de una lesión muscular, guarda el debido reposo para no empeorar la situación y evitar nuevas lesiones.  

 La recuperación de un desgarro muscular puede tardar desde 8 días en los leves hasta 4 semanas o más en los graves, dependiendo la gravedad de la lesión y las condiciones propias de la persona lesionada. 

Durante el proceso de recuperación puedes usar el calcetín técnico deportivo orliman sport que mejora el retorno venoso incrementando la recuperación muscular, para periodos de recuperación más cortos. 

Lesiones y enfermedades de mano y de muñeca

En la mayoría de las acciones que realizamos en nuestro día a día están involucradas nuestras manos y muñecas, desde acciones que requieren mucha fuerza como escalar una montaña hasta acciones finas y delicadas como dibujar o realizar una cirugía.  

Este sobreuso de manos y muñecas, sumado a una menor protección de estas estructuras, predispone a lesiones y enfermedades de mano y muñeca de las cuales hablamos hoy.  

¿Qué se lesiona en manos y muñecas? 

Tanto las manos como las muñecas están formadas por una gran cantidad de huesos, articulaciones, ligamentos, vasos y nervios que les permiten efectuar todas las funciones y movimientos. 

Estas partes pueden resultar lesionadas por traumatismos, sobreuso o enfermedades que afectan a la mano y la muñeca, produciendo dolor, debilidad, hormigueo o incapacidad funcional en la mayoría de los casos. 

Lesiones y enfermedades de la muñeca y mano

Revisemos las lesiones y enfermedades de la mano y muñeca que se presentan con mayor frecuencia: 

Fractura de muñeca o mano 

Se presenta posterior a traumatismos fuertes en la muñeca o la mano, ocasionando que los huesos se rompan. Puede ocurrir propiamente en la muñeca, en los huesos de la mano o en los dedos. 

La fractura de muñeca representa una de las fracturas más frecuentes en los servicios de emergencia. Se produce una deformidad con inflamación, dolor e impotencia funcional de la articulación. 

Esguinces en la mano o muñeca 

Alrededor del carpo están los ligamentos de la muñeca, que unen los ocho huesos de la articulación. Un golpe posterior a una caída o un sobreesfuerzo debido a una mala postura pueden provocar que las fibras de los ligamentos se rompan 

Los síntomas más comunes son dolor en la muñeca, inflamación de la zona y pérdida de fuerza y movilidad. Para inmovilizar la muñeca durante el tratamiento se puede usar la muñequera inmovilizadora corta con férula palmar m750. 

Los esguinces también pueden surgir, por causas similares, en las articulaciones de los dedos, debido a torsiones producidas por golpes o un mal giro de las falanges. En estos casos se puede emplear la férula de dedo inmovilizadora en aluminio maleable (rana federica) 

Luxaciones 

Ocurre por golpes o torsiones violentas, que desplazan los huesos de la mano de su sitio natural. Producen dolor e inflamación con una deformidad importante de la articulación. 

Es frecuente que las luxaciones se repitan en el mismo punto de la articulación, ya que los ligamentos o tendones pueden quedar dañados. 

Osteoartritis o artrosis 

Es causada por el uso repetitivo de la articulación que produce desgaste del cartílago articular. Se presenta principalmente en personas mayores. 

Artrosis de base del pulgar 

La rizartrosis o artrosis de la base del pulgar, es una enfermedad que ocurre con más frecuencia en las mujeres, en dónde se produce un envejecimiento y desgaste del cartílago en la articulación que une el pulgar con la mano. 

Con la ortesis inmovilizadora de pulgar en abducción manutec® fix rizart advance se restringen los movimientos del pulgar para aliviar el dolor y permitir su recuperación. 

Gota  

Es un tipo de artritis causada por la acumulación de ácido úrico en las articulaciones. Se caracteriza por la presencia de nódulos dolorosos (tofos) en los dedos y las manos. 

Tendinitis  

Consiste en la inflamación de los tendones, principalmente por sobreuso de la articulación. 

Síndrome del túnel carpiano  

Es la enfermedad más conocida de la muñeca, presentándose por una compresión del nervio mediano, que pasa del antebrazo a la mano a través de la muñeca.  

 Esta presión sobre el nervio provoca dolor, hormigueo y debilidad en la mano y los dedos. Con la muñequera con férula palmar ambidiestra inmovilizadora se puede poner en reposo la articulación para desinflamar la zona y disminuir la compresión sobre el nervio. 

Quistes ganglionares 

Son masas o nódulos no cancerosos, que aparecen en la muñeca y pueden causar dolor con el movimiento.  

Pulgar del esquiador  

Es una rotura de ligamento en la base del pulgar. Es la lesión más frecuente de la extremidad superior en el esquí. 

Ocurre al caer y apoyar la mano con el bastón interpuesto entre la nieve y el dedo. Esto hace que aumente el brazo de palanca y el dedo se abra en abducción forzada. 

Dedo en martillo 

La punta del dedo se cae y no puede enderezarse por el desgarro del tendón extensor. Para tratar el dedo en martillo se pueden usar las férulas de stack que mantienen el dedo extendido. 

Enfermedad Dupuytren  

La contractura de Dupuytren consiste en una enfermedad hereditaria, que produce engrosamiento del tejido que está debajo de la piel de la mano, causando contractura y curvatura de los dedos, principalmente del 4to y 5to dedo. 

Para esta enfermedad de la mano se puede utilizar el guante para la inmovilización de las articulaciones metacarpofalángicas e interfalángicas en extensión o flexión de la mano y dedos que permite elegir el dedo a inmovilizar. 

Tenosinovitis de De Quervain 

La tendinitis del pulgar o tenosinovitis de De Quervain, se produce por una inflamación de los tendones que mueven el pulgar. Es común en deportes que requieren el uso de raquetas o palos y personas que utilizan en exceso el móvil, por los movimientos repetitivos del pulgar. 

La férula inmovilizadora de pulgar transpirable (ambidiestra) es una buena solución para las personas con tendinitis del pulgar. 

Factores de riesgo para lesiones de muñeca y mano  

Si bien cualquier persona puede sufrir una lesión de mano y muñeca, existen algunas condiciones que aumentan el riesgo, como:  

Practicar un deporte  

Ciertos deportistas están expuestos a traumatismos, movimientos bruscos y constante estrés sobre la muñeca y la mano que los hace propensos a tener una lesión en estas estructuras.  

 Los skaters, esquiadores, snowboarders, jugadores de hockey, voleibol o balonmano, basquetbolistas, tenistas y escaladores son los más propensos a tener lesiones de mano y muñeca. 

Edad avanzada 

Con el paso del tiempo, los huesos, articulaciones y ligamentos van perdiendo su fortaleza, elasticidad y capacidad de recuperación, lo que aumenta el riesgo de lesionarse. 

 La pérdida de masa muscular, la disminución de la visión y los problemas de equilibrio también influyen en la presencia de lesiones accidentales en las personas mayores. 

Trabajos de riesgo  

Los trabajos que usan teclado y ratón constantemente, electricistas, trabajos de ensamblaje y otros trabajos que requieran movimientos repetitivos de la mano y la muñeca producen desgaste y aumentan el riesgo de una lesión. 

Enfermedades de base  

Personas que sufren de osteoporosis, artritis reumatoide, entre otras enfermedades que afectan el sistema osteomuscular pueden presentar con mayor frecuencia dolor y lesiones en las manos y muñecas. 

Tratamiento para lesiones y enfermedades de mano y de muñeca

El tratamiento para las lesiones y enfermedades de la mano busca reducir la inflamación, aliviar el dolor y recuperar la funcionalidad de la mano. Puede variar de acuerdo al tipo de lesión, pero en general se maneja con:  

  • Reposo físico de la mano y la muñeca para permitir la recuperación de las estructuras afectadas. 
  • El frío y el calor en la zona afectada ayuda a aliviar el dolor.  
  • El uso de ortesis de mano y muñeca como muñequeras, férulas e inmovilizadores. 
  • Analgésicos y antiinflamatorios para disminuir la inflamación y el dolor. 
  • Esteroides inyectados, se utilizan en casos graves de dolor que no mejoran con los analgésicos orales. 
  • Fisioterapia, para iniciar el proceso de rehabilitación que devuelva la función normal a la mano. Esto mediante ejercicios, estiramientos y estimulación neuromuscular.  
  • Cirugía. Se indica en los casos graves o que no mejoran con el tratamiento médico conservador.