Osteoporosis, una enfermedad silenciosa

La enfermedad silenciosa, como también se le conoce a la osteoporosis, afecta a millones de personas en todo el mundo. Acompáñanos en este artículo, donde exploraremos qué es la osteoporosis, sus causas, síntomas, diagnóstico y tratamientos disponibles. También proporcionaremos consejos y recomendaciones para prevenir y controlar esta enfermedad. 

¿Qué es la osteoporosis? 

La osteoporosis es una enfermedad en la que los huesos se debilitan y se vuelven más propensos a fracturarse. Se caracteriza por una disminución de la densidad ósea y la pérdida de masa ósea, lo que hace que los huesos se vuelvan frágiles y quebradizos.  

Esta condición puede ocurrir cuando el cuerpo no produce suficiente hueso nuevo, cuando se reabsorbe demasiado hueso existente, o una combinación de ambos factores.  

Factores de riesgo y causas 

Aunque esta enfermedad puede resultar de una combinación de muchos factores, algunos de los factores de riesgo comunes para la osteoporosis incluyen: 

Edad 

La pérdida de masa ósea es un proceso natural que ocurre con el tiempo, por lo tanto, a medida que envejecemos, aumenta el riesgo de desarrollar osteoporosis. 

Sexo 

Las mujeres tienen un mayor riesgo de osteoporosis en comparación con los hombres. Esto se debe principalmente a los cambios hormonales que ocurren durante la menopausia, cuando los niveles de estrógeno disminuyen y se acelera la pérdida de masa ósea. 

Antecedentes familiares 

Si tienes familiares cercanos que tienen osteoporosis, es más probable que también desarrolles la enfermedad, ya que existe una predisposición genética a la osteoporosis. 

Bajo consumo de calcio 

Una ingesta inadecuada de calcio a lo largo de la vida puede contribuir al desarrollo de la osteoporosis. El calcio es un mineral esencial para la salud del hueso. 

Deficiencia de vitamina D 

La vitamina D ayuda al cuerpo a absorber el calcio. Una deficiencia de vitamina D puede dificultar la absorción adecuada de calcio y contribuir a la osteoporosis. 

Estilo de vida sedentario 

La falta de actividad física regular puede debilitar los huesos y aumentar el riesgo de osteoporosis. El ejercicio regular, especialmente el ejercicio de carga de peso, es importante para mantener la salud ósea. 

Consumo excesivo de alcohol y tabaquismo 

El consumo excesivo de alcohol y el tabaquismo pueden debilitar los huesos y aumentar el riesgo de osteoporosis. 

Síntomas de la enfermedad silenciosa 

Los síntomas de la osteoporosis pueden variar, y en las etapas tempranas de la enfermedad, es posible que no se presenten síntomas evidentes. Sin embargo, a medida que avanza, pueden aparecer los siguientes síntomas: 

Dolor de espalda 

El dolor de espalda es uno de los síntomas más comunes de la osteoporosis. Puede ser causado por una fractura por compresión o colapso de una vértebra a causa de la debilidad del hueso. 

Pérdida de estatura 

Con el tiempo, la debilidad de los huesos por la osteoporosis puede hacer que los huesos de la columna vertebral se colapsen, lo que puede resultar en una pérdida de altura. 

Postura encorvada  

La pérdida de masa ósea puede llevar a una postura encorvada o jorobada, conocida como cifosis. Esto se debe a la debilidad de los huesos por la osteoporosis en la columna vertebral. 

Fracturas óseas  

Los huesos debilitados por la osteoporosis son más propensos a fracturarse. Las fracturas más frecuentes ocurren en la columna vertebral, la cadera y las muñecas. 

Es importante tener en cuenta que estos síntomas pueden variar en cada persona y la gravedad de los síntomas puede depender del grado de debilitamiento óseo. 

¿Cómo se diagnostica la osteoporosis?  

El diagnóstico de la osteoporosis generalmente se basa en la evaluación de la densidad ósea y la evaluación del riesgo de fracturas óseas 

La densitometría ósea es la prueba más comúnmente utilizada para diagnosticar la osteoporosis. Se emplea una máquina especializada que utiliza rayos X de baja intensidad para medir la densidad mineral ósea. El resultado se compara con los valores de referencia para determinar si existe osteoporosis. 

Las radiografías simples son otra prueba común en osteoporosis, ya que pueden mostrar fracturas óseas, pero no son tan sensibles para detectar la osteoporosis en sus etapas tempranas. Sin embargo, pueden ser útiles para evaluar el grado de deformidad vertebral en casos avanzados. 

Algunas pruebas de laboratorio pueden ayudar a evaluar el metabolismo óseo, como los niveles de calcio, vitamina D y marcadores óseos. Estos análisis pueden ayudar a descartar otras condiciones que pueden afectar la salud ósea.  

Tratamiento de la osteoporosis 

El tratamiento de la osteoporosis tiene como objetivo fortalecer los huesos y reducir el riesgo de fracturas. Con base a esto podemos decir que el tratamiento puede derivar en: 

Cambios en el estilo de vida 

Se recomienda adoptar hábitos saludables para mantener la salud del hueso. Esto puede implicar una dieta rica en calcio y vitamina D, así como la práctica regular de ejercicio físico, especialmente aquellos que fortalecen los huesos, como el levantamiento de pesas y los ejercicios de impacto. 

Estos ejercicios deben ser personalizados de acuerdo al grado de afectación ósea y guiados, en la medida de lo posible, por un fisioterapeuta para evitar lesiones o fracturas del hueso. 

Medicamentos 

Hay varios medicamentos disponibles para el tratamiento de la osteoporosis. Estos pueden incluir: 

  • Bisfosfonatos, como alendronato, risedronato e ibandronato, que ayudan a reducir la pérdida ósea. 
  • Moduladores selectivos de los receptores de estrógenos: como el raloxifeno, que puede ayudar a prevenir la pérdida ósea y reducir el riesgo de fracturas. 
  • Terapia hormonal, en casos seleccionados, la terapia hormonal puede ser utilizada en mujeres posmenopáusicas para ayudar a prevenir la pérdida ósea y reducir el riesgo de fracturas. 
  • Denosumab, un medicamento que actúa inhibiendo la formación y acción de las células que descomponen el hueso. 
  • Teriparatida: una forma sintética de la hormona paratiroidea, que estimula la formación de hueso nuevo. 
  • Suplementos de calcio y vitamina D. En algunos casos, puede ser necesario tomar suplementos para asegurar un adecuado aporte de estos nutrientes esenciales para la salud ósea. 

 Es importante destacar que el tratamiento de la osteoporosis debe ser individualizado y adaptado a las necesidades y características de cada persona. 

Consejos prácticos para prevenir la osteoporosis y mantener una buena salud ósea 

Un total de 2.945.000 personas padecen osteoporosis en España, la enfermedad “silenciosa” que provoca que los huesos se vuelvan frágiles y más propensos a romperse, incluso después de una pequeña caída. Su prevención pasa por determinadas acciones, entre las que destacan: 

Consume una dieta equilibrada 

Una dieta adecuada puede proporcionar los nutrientes necesarios para mantener la salud ósea y prevenir la pérdida de densidad ósea. Aquí hay algunas pautas generales para la alimentación en la osteoporosis y en su prevención: 

  • Calcio: El calcio es fundamental para fortalecer los huesos. Se recomienda consumir alimentos ricos en calcio, como productos lácteos (leche, yogur, queso), verduras de hoja verde (espinacas, acelgas, brócoli), pescado enlatado con huesos blandos (salmón, sardinas) y alimentos fortificados con calcio (jugo de naranja, cereales).
  • Vitamina D: La vitamina D ayuda al cuerpo a absorber el calcio. Se puede obtener a través de la exposición al sol y de alimentos como pescados grasos (salmón, atún), yema de huevo, alimentos fortificados (leche, jugo de naranja, cereales) y suplementos de vitamina D, si es necesario.
  • Proteínas: Las proteínas son importantes para la formación y reparación de los tejidos, incluyendo los huesos. Se recomienda consumir fuentes de proteínas magras, como carnes magras, aves, pescado, legumbres, nueces y productos lácteos bajos en grasa.
  • Fósforo: El fósforo es otro mineral esencial para la salud ósea. Se encuentra en alimentos como carnes, pescados, productos lácteos, nueces y granos enteros.
  • Magnesio: El magnesio está involucrado en la formación y el mantenimiento de los huesos. Se encuentra en alimentos como nueces, semillas, legumbres, espinacas y granos enteros. 

Evita el consumo excesivo de alcohol, tabaco y cafeína  

El consumo excesivo de alcohol, tabaco y cafeína puede interferir con la absorción de calcio y aumentar la pérdida de calcio en el cuerpo. Esto hace que se debilite el hueso y, por tanto, aumenta el riesgo de sufrir osteoporosis y fracturas. 

Mantén una postura adecuada 

Una buena postura puede ayudar a distribuir el peso de manera uniforme a través de las articulaciones y reducir la presión y el estrés innecesario. Trata de mantener la espalda recta y los hombros relajados en todo momento. 

En Orliman puedes conseguir varias ortesis que pueden ayudarte a mantener la postura adecuada, para prevenir y tratar las fracturas vertebrales: 

Estas ortesis ayudan a enderezar la columna y restringen los movimientos que puedan ser perjudiciales para la integridad ósea.  

Realiza ejercicio regularmente 

El ejercicio físico regular, especialmente aquellos que implican impacto o carga de peso, como caminar, correr, subir escaleras o levantar pesas, puede ayudar a fortalecer los huesos y mejorar la densidad ósea 

En caso de tener osteoporosis son preferibles los ejercicios de bajo impacto, como caminar, nadar o hacer yoga, que pueden ayudar a fortalecer los músculos alrededor de las articulaciones sin ejercer demasiada presión sobre ellas. Estos ejercicios también pueden mejorar la estabilidad y el equilibrio, lo que puede prevenir caídas y lesiones. 

Las actividades de alto impacto, como correr o saltar, pueden ejercer una presión excesiva sobre las articulaciones y aumentar el riesgo de lesiones. Si tienes osteoporosis, es mejor evitar estas actividades o hacerlas con precaución y bajo la supervisión de un profesional de la salud. 

Evitar caídas y lesiones  

Toma medidas para prevenir caídas, como asegurarte de que tu hogar esté libre de obstáculos, usar zapatos adecuados y tomar precauciones al caminar en superficies resbaladizas. 

Controla tu peso 

Mantener un peso adecuado puede ayudar a reducir la carga sobre los huesos y prevenir la pérdida ósea. 

Utiliza soportes o ayudas para caminar 

Si tienes dolor o debilidad en las articulaciones, considera usar soportes o ayudas para caminar, como bastones o andadores. Estos dispositivos pueden reducir la carga sobre las articulaciones y proporcionar estabilidad adicional durante la actividad física. 

Consultar a tu médico regularmente  

Realiza revisiones periódicas con tu médico para evaluar tu salud ósea y recibir recomendaciones adecuadas según tus necesidades individuales. 

Choque femoroacetabular: Causas, síntomas y tratamiento

El síndrome de pinzamiento femoroacetabular o choque femoroacetabular, es una entidad clínica que ha generado interés en los últimos años, ya que se ha visto implicada en el desarrollo de dolor de cadera y de osteoartritis en personas jóvenes. Hoy te traemos una mirada a las causas, síntomas y tratamiento de este síndrome. 

Causas y tipos de choque femoroacetabular 

La razón por la cual se presenta el contacto patológico de las estructuras en el síndrome de choque femoroacetabular, está relacionado con anormalidades en el fémur, en el acetábulo o en ambos. Dependiendo de la parte afectada podemos distinguir dos tipos de síndromes.

Síndrome femoroacetabular tipo CAM

 En este caso está comprometida la cabeza femoral, la cual pierde su forma esférica característica o presenta anormalidades en la unión entre la cabeza y el cuello del fémur, lo que aumenta el radio de estas estructuras.  

Durante la flexión completa de la cadera, esta prominencia en la cabeza del fémur, entra en contacto con el reborde acetabular, causado abrasión del cartílago acetabular y/o avulsión del labrum, principalmente en su parte anterosuperior.

Se presenta comúnmente en hombres jóvenes activos, entre los 20 y 40 años, asociándose a antecedentes de deslizamiento epifisiario femoral, enfermedad de Perthes, osteonecrosis y fracturas mal unidas o no unidas de la cabeza femoral.  

Síndrome de pinzamiento femoroacetabular tipo pincer  

También se le conoce como deformidad en tenaza y el compromiso es a nivel acetabular. La patología ocurre por sobrecubrimiento de la cabeza femoral por el acetábulo, que se encuentra anormalmente más profundo o en retroversión, generando lesiones a nivel del labrum, que desgasta el cartílago en la articulación.  

Es más frecuente en mujeres activas alrededor de los 40 años de edad, también se debe tener en cuenta, que puede deberse a movimientos excesivos de la cadera en pacientes en los cuales no se aprecia un trastorno acetabular claro, esto ocurre típicamente en mujeres jóvenes que practican deportes fuertes.  

Choque acetabular mixto  

Hasta un 86% de los casos se puede presentar con una combinación de ambas características descritas anteriormente. La localización típica de las lesiones por daño condral temprano, es en el cuadrante anterosuperior del acetábulo, ya que es el sitio donde ocurre el más alto impacto entre el fémur y el acetábulo.  

Síntomas del choque femoroacetabular 

En general esta patología ocurre con más frecuencia en las mujeres y es importante señalar que una gran cantidad de pacientes tienen una anatomía femoroacetabular normal. El dolor es causado por diferentes tipos de estrés sobre la articulación y por ciertas actividades específicas, que predisponen a este tipo de pinzamiento. 

El ntoma característico del síndrome de choque femoroacetabular es el dolor en la región anterior de la cadera y la región inguinal, que se exacerba cuando el paciente pasa largos periodos sentado, al bajarse de un carro, sobre torsión en rotación interna con la pierna afectada en flexión, posición de soportar peso y con caminatas largas.  

 El paciente suele presentar limitación para manipular los pies o amarrarse los cordones estando sentado. Otra característica destacable es que en los movimientos continuos el dolor es leve, mientras que aquellas actividades que implican moverse y detenerse o saltar sobre la cadera afectada, generan un dolor intenso.  

 El dolor puede irradiarse a la región anterior del muslo o la parte superior del glúteo y existir atrapamiento o bloqueo de la cadera. Cuando ya han aparecido cambios degenerativos articulares, en pacientes con estadios avanzados de la enfermedad, es posible ver rigidez y dolor durante la noche.  

Frecuentemente el dolor que se siente en la región anterior, sugiere patología en el labrum y en cartílago anteriores, típico de el síndrome de pinzamiento femoroacetabular tipo CAM, por su parte en el tipo pincer, el dolor se irradia a la región posterior, sugiriendo pinzamiento posteroinferior. 

La artrografía por resonancia magnética nuclear, es el examen de elección para el diagnóstico del choque femoroacetabular, ya que permite delinear mejor los fragmentos del labrum y lesiones sutiles del cartílago. El medio de contraste intraarticular distiende las partes de la articulación y permite una mejor visualización de sus estructuras. 

Tratamiento para el síndrome de pinzamiento femoroacetabular 

El tratamiento conservador para el choque femoroacetabular consiste en fisioterapia, con modificaciones del estilo de vida, evitando los movimientos perjudiciales, el uso de antiinflamatorios no esteroideos y las inyecciones intraarticulares de corticoides.

Cuando el tratamiento conservador no funciona, es necesario recurrir a la cirugía, que se verá influenciada por el grado de artrosis previo del paciente. Va desde la artroscopia en lesiones leves, pasando por la osteoplastia y osteotomía en las lesiones moderadas, hasta la artroplastia de cadera en los casos graves. 

Tratamiento quirúrgico de choque femoroacetabular

La evidencia sugiere, que una vez las lesiones del cartílago están a un nivel avanzado, los resultados quirúrgicos del tratamiento del choque femoroacetabular no son tan exitosos, como en los casos en que el cartílago se encuentra en buenas condiciones o con poco daño. 

Los resultados quirúrgicos dependen del estadio clínico de las lesiones de la cadera y del estado general del paciente. Las modificaciones en la actividad física, el uso de antiinflamatorios no esteroideos y la cirugía para remover las fuentes del pinzamiento, buscan lograr la máxima mejoría del paciente.  

Los mejores candidatos para la cirugía son aquellos que presentan rangos de movimientos cercanos a los normales, se ha identificado el origen del pinzamiento y no hay adelgazamiento del cartílago, evidenciado en una radiografía de cadera en bipedestación.  

En el postoperatorio el paciente puede tener un soporte parcial sobre la cadera, como la ORTESIS ESTABILIZADORA DE CADERA CON ABDUCCIÓN que permite regular la flexoextensión de la cadera de 0° a 90° en intervalos de 10° y en en posiciones de abducción de 0°, 15° o 30°, por un período de 3 semanas, con la práctica asistida de movimientos de la cadera.  

En el siguiente video se puede observar la forma correcta de colocar la ortesis estabilizadora de cadera y sus principales ventajas.

Luego se inicia un entrenamiento isométrico del cuádriceps y extensores de la cadera. La extensión mejora, mientras que la abducción y la rotación externa son protegidas por el primer mes. 

A 2 meses de la cirugía los pacientes pueden caminar sin asistencia, con un entrenamiento específico. Al final del tercer mes pueden regresar a practicar actividades físicas leves, mientras que las actividades que requieren torsión y pivoteo con soporte del propio peso, deben ser evitadas durante los primeros 5 meses.