Conocer la causa o etiología de enfermedades como el Parkinson es fundamental para poder encontrar un tratamiento para prevenirla. Cada vez hay más avances en este campo. Y uno de los últimos es que el Parkinson podría ser una enfermedad autoinmune.
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Evidencias de la autoinmunidad en el Parkinson
Una investigación de la Universidad de Columbia y del Instituto La Jolla para la Alergia y la Inmunología de Estados Unidos ha encontrado una evidencia del papel que la autoinunidad desempeña en la enfermedad de Parkinson. Según este estudio, la muerte de las neuronas que provoca esta patología, podría prevenirse mediante terapias que amortiguasen la respuesta del sistema inmunitario.
Los investigadores afirman que dos fragmentos de una proteína que aparece en las células cerebrales de las personas con Parkinson, la alfa-sinucleína, pueden activar las células T. Las células T son las implicadas en respuestas autoinmunes. Al parecer, las neuronas de dopamina, que son las implicadas en la enfermedad, son vulnerables a los ataques autoinmunes. Esto se produce porque tienen unas proteínas en la superficie celular. Estas proteínas son las que ayudan al sistema inmunológico a reconocer sustancias extrañas. Eso confunde a las células T que identifica a las neuronas dañadas por el Parkinson como invasores y procede a atacarlas.
En el estudio, los investigadores expusieron 67 muestras de sangre de pacientes con la enfermedad y 36 controles sanos a fragmentos de alfa-sinucleína y otras proteínas que se encuentran en las neuronas. En la sangre de los controles no se observó mucha actividad celular inmune. Sin embargo en las muestras de los enfermos, las células T mostraron una fuerte respuesta a los fragmentos de proteínas.
Avances para prevenir los síntomas del Parkinson
En particular, la respuesta del sistema inmunitario de los enfermos se asoció con una forma común de un gen. Este gen se encuentra en el sistema inmunitario. Esto puede explicar por qué muchas personas con Parkinson portan esta variante genética. A ello se suma que, según los investigadores, la autoinmunidad del Parkinson surge cuando las neuronas no pueden deshacerse de la alfa-sinucleína anormal. Esta proteína comienza acumularse debido a que el proceso de reciclaje de las proteínas disminuye con la edad y con ciertas enfermedades. Como el sistema inmunológico no la tenía identificada, la considera un patógeno que hay que atacar.
Estos resultados plantean una posibilidad de tratamiento. En este caso, la inmunoterapia podría ser utilizada para aumentar la tolerancia del sistema inmunitario a esta proteína. Esto podría ayudar a mejorar o prevenir el empeoramiento de los síntomas en pacientes con Parkinson. Además podría proporcionar una prueba diagnóstica que identificara a los individuos con más riesgo. Y también a los que están en las primeras etapas de la enfermedad.
Estas investigaciones, unidas a otras como la del Instituto Karolinska de Estocolmo, que han descubierto que podría originarse en los intestinos y propagarse al cerebro a través del nervio vago, demuestran que poco a poco se está avanzando en el conocimiento de una enfermedad que afecta a más de seis millones de personas en todo el mundo.