Qué hacer si sufro artrosis del dedo pulgar

Con las articulaciones pasa como con las piezas de muchos objetos, conforme pasan los años se van estropeando y aparecen los problemas. Unos problemas que pueden ser más o menos graves dependiendo de cómo se hayan cuidado. Uno de esos problemas graves es la artrosis del dedo pulgar o rizartrosis.

La artrosis del dedo pulgar es una degeneración del cartílago

La artrosis del dedo pulgar es una enfermedad degenerativa del cartílago a nivel de la articulación de la base del pulgar, y más concretamente, entre la base del primer metacarpiano y el hueso trapecio de la muñeca. El uso repetitivo de esta articulación pasa factura. Comenzando con daños a nivel del cartílago articular y puede dañar otras estructuras. Todo ello hace que acciones tan sencillas como abrir una puerta o subirse una cremallera sea imposible realizarlas.

¿Quiénes son los grupos de riesgo de la artrosis del dedo pulgar? Afecta sobre todo a mujeres que ya han pasado la menopausia, pero también entre algunas profesionales que desarrollan trabajos manuales con carga directa en las manos y algunos deportistas. Además, la edad avanzada, el sedentarismo, el sobrepeso y los antecedentes familiares influyen bastante en la aparición de la rizartrosis del pulgar. También parece existir una relación entre la rizartrosis y otras enfermedades como el síndrome del túnel carpiano. Se estima que el 65%de los españoles mayores de 65 años sufre rizartrosis.

¿Cómo puedo saber si padezco artrosis del dedo pulgar? Hay varios síntomas que pueden hacer saltar las alarmas e impulsarte a ir al médico.

  • Dolor localizado en la base del pulgar. Es un dolor que aumenta cuando se inicia el movimiento y se suaviza al poco tiempo.
  • Rigidez y limitación del movimiento del pulgar.
  • Y en casos más avanzados se produce una pérdida progresiva de fuerza y deformidad, que muchas veces imposibilita realizar movimientos que antes sí hacíamos con esos dedos de la mano.

El tratamiento de la artrosis del dedo pulgar va encaminado a paliar el dolor y frenar la degeneración

La artrosis del dedo pulgar no tiene cura. El tratamiento va encaminado a aliviar el dolor, frenar la evolución de la enfermedad y mejorar la funcionalidad de la mano. Con ello se consigue mejorar la calidad de vida de la persona. Y retrasar lo máximo posible un abordaje quirúrgico. Por un lado hay fármacos (analgésicos, antiinflamatorios, corticoides o la administración de sustancias como el ácido hialurónico) que van dirigidos a aliviar el dolor y frenar el daño en el cartílago que produce la rizartrosis del pulgar.

La otra opción es el uso de ortesis y férulas y fisioterapia. Las ortesis y férulas como las de Orliman absorben los constantes micromovimientos, favorecen el reposo articular y reducen el dolor. Por ejemplo, la Férula inmovilizadora de pulgar transpirable de Orliman se adapta a la morfología del paciente, lo que la hace más cómoda de llevar ofrece sujeción, estabilización e inmovilización de la articulación. Por su parte, la Muñequera elástica de pulgar abierta con férula está fabricada con tejido con efecto masaje que mejora la circulación sanguínea y ofrece estabilización, protección y posicionamiento del pulgar. Otro producto de Orliman indicado para la rizartrosis es la Férula inmovilizada de pulgar. Esta férula permite la descarga de tensiones y da soporte a la articulación. Está diseñada para que el pulgar esté en posición funcional. Y es posible moldearla con pistola de aire caliente para que se adapte mejor.

En lo que respecta a la fisioterapia, hay programas de ejercicios. Así se potencia la musculatura de la mano y, por lo tanto, su movilidad. Además, es importante aprender a convivir con la rizartrosis y para ello hay programas educativos con consejos prácticos. En el caso de que fracasen todas estas opciones, hay que recurrir a la cirugía.

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