Cómo cuidar pacientes que sufren de Pie Diabético

La diabetes es una de las enfermedades metabólicas más frecuentes en la actualidad. Esta patología desencadena varios problemas secundarios en las personas que la padecen.  

Uno de ellos es el pie diabético, una complicación que si no se maneja con cuidado puede llevar a la amputación del pie. Por esta razón hoy en Orliman queremos darte una guía de como cuidar pacientes que sufren de pie diabético 

Cómo identificar un pie diabético 

La elevación de los niveles de glicemia en sangre produce daños en los vasos sanguíneos y nervios que se encuentran en las extremidades, en especial de los pies 

El daño de estas estructuras facilita la aparición de heridas por falta de sensibilidad y una cicatrización defectuosa.  

Aunque algunas personas con pie diabético no tienen síntomas, los siguientes signos o síntomas en los pies pueden estar presentes y despertar las alertas: 

  • Pérdida de sensibilidad. El daño a los nervios puede reducir la capacidad para sentir dolor, calor o frío.
  • Dolor, incluso estando en reposo.
  • Sensación de hormigueo o calambres.
  • Hinchazón o edema en los pies.
  • Sequedad y falta de sudoración.
  • Heridas que no cicatrizan bien o se infectan
  • Aparición de úlceras. 

Evolución del pie diabético 

Al no tener sensibilidad, los pacientes pueden tener heridas en los pies sin percibirlas. Una quemadura, rozaduras con los zapatos o lesiones con objetos cortantes en el suelo, son causas frecuentes de estas heridas.  

Si los pies no se revisan constantemente, la herida puede empeorar e infectarse, lo que complica aún más la situación, llegando incluso a producir una úlcera por pie diabético.  

Si una infección no mejora con el tratamiento, es posible que sea necesario amputar el dedo del pie, el pie o parte de la pierna para evitar que la infección se propague y salvar la vida del paciente. 

El riesgo de amputaciones para los pacientes diabéticos es hasta 15 veces mayor que en pacientes no diabéticos y las muertes tras una úlcera y la amputación son muy elevadas, casi un 60% de las personas fallecen en el transcurso de 5 años tras una amputación y casi un 40% en el caso de las úlceras.  

Cómo cuidar el pie diabético  

El cuidado de un paciente con pie diabético es complejo, pero necesario para evitar las graves consecuencias que trae un mal manejo de esta enfermedad. 

Lo principal es mantener el control de los niveles de azúcar en sangre y acudir de forma regular a la consulta con el médico de cabecera, que incluya la inspección de los pies al menos una vez al año. 

Además del control de glicemia, también es necesario controlar los niveles de colesterol y triglicéridos, el abandono del hábito tabáquico y el mantenimiento de cifras de presión arterial en rangos bajos. 

Otra acción fundamental para evitar la progresión del pie diabético es la revisión constante del pie, el cual se debe observar todos los días y por todos lados, arriba, abajo, por los lados, talones y entre los dedos, para verificar su integridad. 

Cuando realices esta verificación busca si la piel está seca o con grietas, ampollas, úlceras, hematomas, si está cortada, con heridas, enrojecimientos, caliente, sensible o con puntos firmes o duros. 

La observación y la palpación de las piernas y los pies, te orientará hacia la existencia de una enfermedad vascular periférica cuando exista excesiva palidez al elevar el pie y enrojecimiento al descenderlo, frialdad de una extremidad en comparación con la otra, y la existencia de atrofia del tejido, piel brillante, ausencia de vello en el dorso del pie y engrosamiento de las uñas. 

En caso de presentarse cualquier problema (cortes en la piel, uñas encarnadas, cambios en color, temperatura, sensibilidad o arquitectura del pie), este ha de ser comentado inmediatamente con el médico. 

Otras medidas para evitar la progresión del pie diabético 

Sumado a las medidas anteriores, es crucial para el cuidado del pie diabético seguir las siguientes instrucciones: 

Higiene de los pies 

Los pies del paciente se deben lavar a diario, con agua tibia y un jabón suave o neutro que no dañe la piel. Después se deben secar bien, poniendo mayor atención entre los dedos.  

Luego aplicar cremas o lociones hidratantes sobre las zonas secas, evitando poner crema entre los dedos porque esto podría causar una infección. 

Cuidado de las uñas 

Para cortar las uñas de un pie diabético, es preferible remojar en agua para ablandar las uñas. Se deben cortar en forma recta, ya que las uñas curvas tienen mayor riesgo de encarnarse.  

Ten cuidado de que las uñas no ejerzan presión sobre los otros dedos del pie. En caso de uñas muy gruesas o con hongos es preferible acudir al podólogo.  

Callos y callosidades 

Si la persona tiene callos o callosidades, se pueden usar piedras pómez para eliminarlas suavemente después del baño. No se deben cortar, ni aplicar callicidas; si son muy difíciles de eliminar, debe hacerlo el podólogo. 

Protección del pie en todo momento 

Procure que la persona con diabetes no camine descalzo, principalmente en superficies calientes como asfalto o la playa, para evitar quemaduras y heridas por objetos en el suelo o la arena. 

Antes de colocar el zapato verifique que no exista nada dentro, como clavos, piedras o deformidades que puedan lastimar el pie. 

Zapatos adecuados para diabéticos 

Es mejor hacer la compra de zapatos nuevos a una hora tarde del día, cuando los pies del paciente están más dilatados. Estos deben empezarse a usar de forma lenta y progresiva. 

Los zapatos deben ser cómodos y con buena adaptación al pie. Evite comprar zapatos que le queden apretados al paciente, ya que estos pueden no sentir la presión ejercida por un zapato ajustado y ocasionar rozaduras y úlceras en los pies. 

En Orliman ofrecemos el calzado terapéutico – rhuys®, un zapato de gran confort, sin costuras en ante pie y con sistema de cierre ajustable, para una perfecta adaptación al tamaño del pie. 

Plantillas ortopédicas para diabéticos 

Si hay problemas de ajuste o alteraciones en la estática del pie, hay que utilizar dispositivos de ortopedia para resolverlos, como la plantilla de silicona 3/4, la plantilla de silicona larga con apoyo retrocapital o la plantilla de silicona ultraligera con descarga y apoyo retrocapital. 

Las plantillas gracias a las propiedades viscoelásticas de la silicona amortiguan los puntos de carga, tanto durante la marcha como en posición estática.  

Calcetines de protección 

Para proteger los pies del paciente, colócale calcetines limpios y secos o pantimedias sin elásticos ni costuras todos los días. Los agujeros en los calcetines o las pantimedias pueden ejercer presión dañina en sus pies. 

Nunca deben emplearse calcetines sintéticos y con costuras gruesas, ni ligas o fajas que compriman y comprometan la circulación. Recuerda elevar los pies del paciente cuando esté sentado para mejorar el flujo sanguíneo a la extremidad. 

Lo más adecuado es utilizar calcetines de fibras naturales (algodón, hilo o lana) como el calcetín para pie diabético que previene infecciones, al evitar la proliferación de bacterias y hongos. 

Cuidado con los calentadores 

La pérdida de sensibilidad al calor o el frío, hace que los pacientes usen calentadores, radiadores, bolsas de agua caliente o almohadillas eléctricas; ello predispone a la formación de quemaduras y lesiones.  

Es muy importante que tengas la debida precaución en este aspecto, especialmente en los meses de invierno. 

Cuidados en condiciones especiales 

El pie diabético puede pasar por diferentes condiciones que deben ser evaluadas por el médico, pero que se manejan en casa. Pon atención a como actuar ante ellas: 

Pie de atleta 

Es crucial secar correctamente el pie diabético, pero si existe infección por hongos es fundamental evitar la humedad.  

Los hongos en los pies necesitan el uso de antimicóticos tópicos, aplicados según la indicación médica. El uso de otros medicamentos quedara a consideración del médico tratante. 

Úlcera superficial 

El pie lesionado se debe mantener en reposo absoluto durante 3-4 semanas. Hay que realizar diariamente una limpieza con suero fisiológico a cierta presión, aplicando después gasas humedecidas con soluciones indicadas por el médico. 

Las úlceras deben ser valoradas por un profesional sanitario cada 2-3 días hasta su recuperación. 

Úlcera profunda 

Las úlceras profundas deben ser manejadas por el médico, quien le dará las indicaciones pertinentes para cada caso. 

Amputación por pie diabético 

Los casos donde el tratamiento no fue efectivo y fue necesario la amputación de una parte del pie, se manejan como un postoperatorio con reposo y curas de la herida, según lo indicado por el médico tratante. 

Para estos casos puede ser necesario el uso de un zapato post-operatorio (especial pie diabético/úlceras) con horma neutra, suela antideslizante en forma de balancín y sistema de cierre velcro que permite la adaptación en pies con grandes deformidades o con vendajes postoperatorios. 

También se puede incorporar la plantilla especial para pie diabético/úlceras (especial para zapatos postquirúrgicos) para aliviar y disminuir las zonas de presión a la vez que se proporciona flexibilidad y capacidad de absorción de cargas e impactos. 

Al tratarse de una plantilla compuesta por un gran número de celdas cuadradas móviles nos permite retirar aquellas coincidentes con la zona ulcerada o área que precise aliviar presiones.  

Dado que las úlceras pueden ser recurrentes y tener localización variable, nos permite reponer y/o retirar las celdillas según el posicionamiento y proceso de curación de las úlceras, variando los puntos de presión según necesidad. 

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