Durante años, se han buscado métodos que faciliten el desarrollo de los procedimientos quirúrgicos y que mejoren la recuperación del paciente. Entre los que se han encontrado, como consecuencia, está la electrocirugía. Se trata de uno de esos grandes aportes para la cirugía actual y el beneficio de las unidades de electrocirugía se ha demostrado en distintos estudios.
Hoy en día, las unidades de electrocirugía son usadas por distintas especialidades quirúrgicas, con la finalidad de reducir el tiempo de la intervención y el sangrado durante la misma.
Índice
¿Cómo funcionan las unidades de electrocirugía?
Las unidades electroquirúrgicas, conocidas también como electrobisturí o bisturí caliente, utilizan energía eléctrica de alta frecuencia para generar calor, con el fin de coagular o cortar tejidos biológicos. Se utilizan frecuencias por encima de 200.000 Hz ya que estas no interfieren con los procesos nerviosos.
La impedancia, o resistencia al paso de electrones, que presentan los tejidos, se manifiesta con un aumento del calor, que es lo que origina el efecto deseado. Así, con una onda eléctrica sin modular, se produce un corte puro, pero si la onda se modula o interrumpe, se logra la coagulación.
El paciente forma parte del circuito eléctrico que conforma el equipo de la electrocirugía, por lo tanto el uso inadecuado, puede producir quemaduras.
Componentes de las unidades de electrocirugía
Están conformadas por tres partes, cada una con una función específica y fundamental para que se produzca el efecto de corte o coagulación. Las partes que integran la unidad de electrocirugía son:
Generador electroquirúrgico
Es el equipo que genera la corriente. Aquí se configura la frecuencia y la potencia de la corriente transmitida hacia los tejidos.
Electrodo activo o positivo
Está representado por la herramienta que manipula el cirujano. La corriente que proviene del generador electroquirúrgico fluye a través del electrodo activo para luego tener contacto con el tejido del paciente. Existen distintos tipos de punta, como cuchillo, aguja o punta bola.
Electrodo de retorno o negativo
Su función es disipar las corrientes desde el paciente de forma segura. La plancha, que representa la carga negativa, puede ser de metal, plomo o autoadhesiva descartable. Debe colocarse cerca de donde se hará la incisión, antes de que se acomode al paciente en la camilla.
Técnicas de electrocirugía
Técnica monopolar
Es la utilizada con mayor frecuencia, consiste en aplicar al paciente la corriente eléctrica proveniente del generador electroquirúrgico, a través de un electrodo activo. Para cerrar el circuito se utiliza una placa neutra o placa paciente.
Técnica bipolar
Tiene los mismos principios, sólo que la corriente generada por la unidad electroquirúrgica es aplicada a través de una pinza, una punta actúa como electrodo activo y otra como electrodo de retorno.
Corte
Se utiliza el electrobisturí para realizar la incisión, con una lesión mínima del tejido adyacente.
Fulguración
También se conoce con el nombre de spray; es un tipo de coagulación que se aplica en tejidos muy vascularizados y zonas amplias, para conseguir un mayor control del sangrado.
Desecación
Se destruye el tejido de forma superficial mediante la deshidratación.
Beneficios de la electrocirugía
La electrocirugía ha demostrado ser capaz de cortar y cauterizar tejidos rápidamente con un daño térmico mínimo y resultados estéticos favorables. Además, podemos mencionar los siguientes beneficios de las unidades de electrocirugía actuales:
- Disminuyen sustancialmente al sangrado de los tejidos, con lo cual se evita el uso de gasas, que sean relacionados con infecciones del sitio quirúrgico.
- Asegura una buena asepsia y disminuye la probabilidad de transmitir infecciones de tejidos enfermos a sanos.
- Ahorro de tiempo considerable.
- Variedad en la instrumentación, adecuada para cada acto quirúrgico.
Evolución de la electrocirugía
La electrocirugía nace de la colaboración entre el neurocirujano Harvey Cushing y el inventor William T.Bovie en los años 1920 aproximadamente. Aunque desconocía la física detrás de este innovador invento, el doctor Cushing pudo realizar cirugías que antes eran inoperables, gracias a la disminución del sangrado que brindaba la electrocirugía.
Hoy en día, más del 80% de las cirugías utiliza dispositivos que aplican energía a los tejidos. De hecho, la mayoría de las especialidades quirúrgicas se han beneficiado de las unidades de electrocirugía, incluyendo la ortopedia.
Aunque la energía monopolar y bipolar, forma la base de la electrocirugía, a lo largo de los años se han hecho modificaciones, tanto en los generadores electroquirúrgicos como en los instrumentos manipulados por el cirujano. Todo en busca de disminuir las complicaciones y aumentar la eficiencia quirúrgica de la electrocirugía.
Electrocirugía en traumatología y ortopedia
Varias cirugías traumatológicas conllevan una pérdida importante de sangre, lo que ha derivado en la búsqueda de acciones que disminuyan el sangrado durante la cirugía.
Cirugías como remplazos de cadera y rodilla se asocian con pérdidas importantes de sangre. El beneficio de los instrumentos electroquirúrgicos, en el campo de la ortopedia, es evidente al permitir disminuir el sangrado, que era frecuente anteriormente, cuando se utilizaban instrumentos como bisturíes o tijeras.
La rodillera envolvente post-quirúrgica con articulaciones monocéntricas y la ortesis estabilizadora de cadera con abducción son útiles para el manejo postoperatorio en este tipo de pacientes.
Electrocirugía en artroscopia
El desarrollo de la electrocirugía endoscópica, surgió tras la implantación a gran escala de la artroscopia de rodilla, ya que se observaba hemartrosis, luego de realizarla con los instrumentos habituales.
En la artroscopia se utiliza la técnica bipolar, que es más precisa que la monopolar, daña menos los tejidos vecinos y además permite utilizar la misma solución empleada para la irrigación, durante el procedimiento.
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