Las alteraciones de rotación de miembros inferiores en niños son causa frecuente de consulta ortopédica infantil. En este artículo conocerás las causas y tratamientos disponibles para la rotación interna o externa de los miembros inferiores en niños.
Índice
Alineación del miembro inferior
Cada parte del miembro inferior adquiere en el ser humano una configuración espacial, en condiciones normales, que denominamos alineación del miembro. Dicha alineación minimiza el trabajo muscular y el desgaste articular durante el desempeño de las actividades de soporte y locomoción.
La alineación normal de los miembros inferiores se evalúa mediante la medición de los ángulos que forman los distintos segmentos del miembro entre sí, así como los que forman las superficies articulares con el eje de la extremidad.
Desarrollo de los miembros inferiores
Entre la quinta y octava semana de embarazo se empieza a diferenciar el muslo, pierna, pie y dedos en el miembro inferior. Durante este desarrollo, se producen movimientos que hacen que los miembros inferiores roten y configuren su posición.
Dentro del útero se produce rotación externa de la cadera, rotación interna de la tibia y el pie se sitúa en posición variable.
A medida que los niños van creciendo, su aparato locomotor va sufriendo cambios y modificaciones que buscan adaptarse anatómicamente a la forma de la persona adulta.
Durante este periodo dinámico se alargan los músculos y tendones, a medida que crecen los huesos, los cuales se alargan gracias a los cartílagos de crecimiento que poseen. Estos cambios van modificando la forma, el tamaño, la rotación y los ejes de los huesos.
Todo esto puede traer modificaciones en la rotación interna o externa de los miembros inferiores. Ciertas deformidades pueden volverse sintomáticas y asociarse a cambios degenerativos.
Síntomas de la rotación de los miembros inferiores
La manifestación más evidente de las rotaciones de miembros inferiores es la marcha con los pies apuntando hacia adentro, conocida como marcha convergente, o con los pies hacia afuera, también llamada marcha divergente.
Estas torsiones pueden ocurrir a cualquier nivel del miembro, desde la pelvis hasta los pies, siendo el fémur y la tibia donde ocurren con mayor frecuencia.
La mayoría de los niños y adultos caminan con sus pies en rotación externa media de 10º. Una marcha en rotación interna mayor a 10º o externa mayor a 30º (más o menos 2 desviaciones estándar de la media) se considera anormal.
En algunos niños pueden aparecer dolores en la ingle, rodillas o tobillos, así como problemas para caminar o caídas constantes.
Rotaciones normales del desarrollo
Este tipo de deformidad suele corregirse espontáneamente cuando el niño crece, sin necesidad de aplicar ningún tratamiento. Sin embargo, pueden utilizarse algunas ayudas ortopédicas para mejorar la posición del miembro al caminar.
Torsión femoral interna
Es una causa frecuente de marcha con los pies hacia dentro en niños de entre 3 y 8 años. Generalmente, es bilateral y es más frecuente en niñas.
La marcha convergente es la característica principal, cuando el niño corre las rodillas parecieran chocar entre ellas y al momento de sentarse se evidencia la forma de «W», lo cual es una consecuencia y no la causa, ya que es la posición más relajada para sus caderas.
La antetorsión femoral suele empeorar hacia los 5 o 6 años de edad, posteriormente va disminuyendo hasta resolverse progresivamente de forma espontánea hacia los 8 años, por lo que en la mayoría de los casos no requiere ningún tratamiento.
Torsión tibial interna
Es la principal causa de marcha convergente en niños menores de 3 años. La mayoría de las veces de forma bilateral. De igual forma que la torsión femoral interna, suele corregirse espontáneamente entre los 8 y 10 años.
Metatarso aducto
Es una deformidad flexible relacionada con la postura intrauterina, que provoca marcha con los pies hacia dentro. El metatarso adductus se trata más de una deformidad posicional, frecuente, flexible, benigna y se resuelve espontáneamente antes de los 3 años.
Torsión femoral y tibial externa
La marcha divergente que resulta de este tipo de torsiones externas es bastante infrecuente y debe ser evaluada por el médico especialista. Se evidencia la “marcha de pato” con los pies hacia afuera.
Rotaciones secundarias a enfermedades
Existen otras alteraciones de la alineación provocadas por enfermedades congénitas o adquiridas. Cualquier proceso osteoarticular patológico de origen traumático, neoplásico, inflamatorio, infeccioso o degenerativo podrá desencadenar una deformidad de los miembros inferiores.
- Traumático: la causa más frecuente son los problemas de calzado; otras causas son fracturas, contusión de tejidos blandos, esguinces de tobillo, entre otras.
- Infeccioso: osteomielitis, artritis séptica, celulitis, artritis reactiva postinfecciosa, tuberculosis ósea.
- Neoplásico: tumores espinales, neuroblastoma, tumores óseos benignos o malignos, linfoma, leucemia.
- Inflamatorio: sinovitis transitoria de la cadera, artritis crónica juvenil, lupus eritematoso sistémico.
- Congénito: luxación congénita de la cadera, acortamiento congénito del fémur, la anemia de células falciformes.
- Neuromuscular: parálisis cerebral, neuropatías sensitivo-motoras hereditarias.
- Ortopédica: es una forma de englobar al grupo de las epifisitis-osteocondritis, etc.
Tratamiento para las rotaciones internas y externas
La mayoría de las rotaciones de los miembros inferiores se resolverán espontáneamente sin ningún tratamiento. Solo en raras ocasiones cuando la deformidad perdura después de los 10 años se recurre a la cirugía.
La única opción eficaz es la osteotomía derrotadora femoral, tibial o ambas, que solo se realizará en situaciones muy específicas. Las indicaciones quirúrgicas incluirían aquellos casos con antetorsión femoral severa que repercuta en la funcionalidad del paciente, que provoque caídas a repetición o una deformidad estéticamente inaceptable.
En el caso de las deformidades secundarias a enfermedades, el tratamiento será doble: el específico de la causa que la provoque y el de la deformidad misma.
El Twister clásico ya no se utiliza porque no se ha demostrado que cambie el curso de la deformidad y además tiene repercusiones psicológicas en los usuarios.
En cambio, se han desarrollado ortesis desrotadoras textiles, que llevan a cabo mejor la función, son mejor toleradas y son más cómodas, con lo que es más fácil que el niño las use.
En Orliman ofrecemos las siguientes ortesis para las rotaciones internas y externas de los niños:
El realineador de miembro inferior está compuesto por una faja y dos musleras en velour unidas entre sí por unas cintas elásticas que traccionan desde la cara interna de ambos muslos hasta la parte posterior de la faja.
Mantiene los miembros inferiores en rotación externa, obteniendo así una correcta alineación de los mismos, incorpora perlas de silicona en la cara interior que evitan el desplazamiento y rotación de la ortesis.
Se puede incorporar la funda protectora cincha elástica op1172-fund de tejido tubular de algodón suave para colocar como interfase en las cinchas elásticas.
El desrotador tibiofemoral está compuesto por una faja y por unas cintas elásticas unidireccionales que hacen una tracción en forma de espiral desde la parte medial del pie hasta la cintura.
Rota la tibia, el fémur y la cadera en el sentido que se desea corregir, con el fin de aportar más estabilidad articular y una mayor propiocepción del esquema corporal, obteniendo así una correcta alineación de los miembros inferiores.
Por su diseño, las cinchas elásticas OP1173 y OP1174D/I están confeccionadas para tratar la rotación interna del miembro seleccionado (derecha o izquierda según sea el caso). Si se desea aplicar un tratamiento de rotación externa de los miembros, bastará con seleccionar el lado contrario al miembro a tratar.
Si bien, estas ortesis no modifican permanentemente la enfermedad, pueden aliviar síntomas, conseguir un patrón de marcha más funcional, con mejora del equilibrio y la postura, y mayor autonomía para las actividades de la vida diaria.